¿El remedio para no comer fast food es subir el precio?

He leído un artículo sobre un estudio de la Universidad de Chapel Hill, en Carolina del Norte (EEUU) que indica que el aumento del precio de las comidas de tipo fast food (en termino generales) refleja una disminución de su consumo significativo.

Hay que decir que el estudio parece bastante serio, muchos años de acción, un número de población adulta bastante numeroso. Bueno, parece que sí, que es serio. Pero a mí me entran algunas dudas. ¿Realmente ocurriría? No sé, pero hemos visto como los aumentos en el tabaco o en bebidas alcohólicas, año tras año, realmente no demuestran una disminución de su consumo. Y si lo demuestran en muy inmediato y la gente vuelve a caer al poco tiempo.

Ahora, si el estudio es real y con un aumento del 18% del precio se consigue que las personas dejen de engordar 2,5 kilos de media al año parece algo muy serio como para dejarlo pasar en balde. Enfermedades coronarias, diabetes, etc., podrían evitarse.

¿Estaremos ahora ante una especie de impuesto a la comida fast food? ¿Se grabará como el tabaco y se pondrán mensajes amenazantes? Creo que en este caso estamos ante otro tipo espectro, y aunque las autoridades sanitarias estén preocupadas por los aumentos de obesidad entre la población, en especial la infantil, las medidas a tomar seguro que no van a ir por ese camino.

De todas formas creo que volvemos a encontrarnos ante un problema de la sociedad, no de determinados individuos. Los ritmos de vida que nos autoimponemos como grupo nos hacen abandonar costumbres más sanas y que nos llevan más tiempo por prácticas culturales, y la gastronomía forma parte de la cultura, importadas de otros países que solo traen cosas malas.

Vía | El Mundo
Foto | morrissey
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