Es un comentario que seguro que todos hemos oído de vez en cuando, "yo no lo entiendo, cada vez hay más niños con alergias". Separar el grano de la paja en este caso, es complicado. Hay que tener en cuenta muchas variables. Por ejemplo, ¿qué se entiende por "alergia" alimentaria? ¿Cómo medimos su prevalencia (el número de afectados? ¿su severidad? ¿cómo se diagnostican?
Esto es justo lo que ha pretendido analizar el informe "Food allergies on the rise? Determining the prevalence of food allergies, and how quickly it is increasing, is the first step in tackling the problem" (fuente), publicado por la The European Molecular Biology Organization, EMBO.
Desde un punto de vista médico, una alergia es tal, si y solo si provoca una reacción del sistema inmune que involucre a la IgE (Inmunoglobulina E). Dentro de esta clasificación, quedarían fuera "alergias" alimentarias, intolerancias sería un término más apropiado, como la intolerancia a la lactosa, o la celiaquía. Según el informe, uno de los motivos que explican la percepción generalizada de que las "alergias" están aumentando, es que en general, todo se mete en el mismo saco. Alergias, intolerancias e intoxicaciones se categorizan todas por igual.
Midiendo el impacto
La cuestión es cómo saber si hay más o menos casos ahora que antes. Obviamente, decir que antes había menos que ahora no sirve. Antes no teníamos la exposición a la variedad y cantidad de alimentos que tenemos hoy en día. Por ejemplo, hace no tanto tiempo, en nuestro país, no había posibilidad de consumir Kiwis, y ahora sí que se dan algunos casos. Lo mismo lo podemos aplicar para algunos frutos secos como los cacahuetes.
Por otro lado, también es cierto que hay muchos casos de alergias sin identificar, principalmente porque sus efectos son muy bajos, y los propios afectados, ni siquiera las identifican como tales.
Un parámetro que señala el informe, es el número de hospitalizaciones debido a shocks alérgicos (anafilaxis). Por ejemplo, en UK el número de casos ha aumentado un 500% desde 1990. Lo cual ya indica un aumento notable. Por otro lado, y para tener mejores datos, la Unión Europea ha financiado un estudios, EuroPrevall, que tiene como objetivo determinar la prevalencia de las alergias alimentarias en Europa, analizando desde el nacimiento a 12.000 niños. Todavía no ha concluido, pero sus resultados ayudarán a determinar los motivos de las alergias, y cómo evolucionan en el tiempo. Por cierto, que estos estudios son muy caros, y solo con fondos públicos europeos, se pueden financiar.
Teorizando sobre los motivos
En general, no es que ahora los alimentos produzcan más alergias. El principal motivo es que comemos cada vez mejor y más variado. Y más variado, también quiere decir más éxotico. Es decir, nos exponemos a alimentos con los que nuestros abuelos y bisabuelos nunca tuvieron contacto. Y eso ocurre en todo el mundo. Cuando los orientales se expusieron más al trigo, empezaron a aumentar los casos de intolerancia al glúten. Allí era también común la intolerancia al arroz.
Sin embargo, esto no lo explica todo. Hay poblaciones que siempre han consumido un alimento, y que han aumentado en cuanto al número de alérgicos al mismo. Por ejemplo, con los cacahuetes en USA. En estos casos, el motivo se puede deber a los métodos de preparación. Parece ser que secar los cacahuetes en el horno, aumenta su alergenicidad. Si sumamos los dos factores, no es extraño que en países como China, el número de casos de alergia se dispare. El mismo patrón se puede estar replicando en otras partes del mundo.
Por supuesto, otro motivo es que ahora tenemos cada vez más medios para detectar más y mejor, las alergias. Esto hace que el número de casos, pueda estar aumentando. O mejor dicho, que estemos haciendo visibles ahora, casos de alergias que ya existían antes, pero que, o bien no detectábamos, o bien se atribuían a otros factores.
Lecciones aprendidas
Creo que poco a poco, todos, tanto consumidores, afectados e industria, van tomando más conciencia de las alergias alimentarias. Empezando por el etiquetado, pasando por los hábitos de higiene, o los propios hábitos culturales, en los que ya va siendo más habitual que antes de dar nada a un niño, por ejemplo, se le pregunte si lo puede comer.
Es muy probable que cada vez estemos detectando más alergias, que algunos alimentos "exóticos" las produzcan, y que algunas técnicas los hagan todavía más evidentes. También es probable que, con el tiempo, el número de casos se estabilice, y que nuevos alimentos produzcan menos alergias.
Imagen | alfonso benayas
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