La polémica por el uso del pesticida fipronil en granjas europeas ha escalado al siguiente nivel. Bélgica acusa a Países Bajos de saber desde noviembre de 2016 que este agente contaminante se había usado para desparasitar granjas avícolas, aunque no está permitido su uso en alimentos destinados al consumo humano.
Holanda rechaza las acusaciones y asegura que "se ajustaron a la normativa europea" (es decir, controlaron los niveles de toxicidad por debajo de lo permitido). En cualquier caso, esa información no llegó a Europa. De momento, 13 países -entre los que no se encuentra España- se han visto afectados por la sombra del fipronil.
La "crisis de los huevos" continúa y la contaminación con pesticida amenaza a los pollos en Holanda.
Acusaciones entre Holanda y Bélgica
El pesticida fipronil ha abierto una brecha entre los gobiernos de Alemania, Países Bajos y Bélgica, que tratan de controlar la "crisis de los huevos contaminados" y evitar que lleguen al consumidor.
Mientras las agencias sanitarias de Bélgica (AFSCA) y Holanda (NVWA) se acusan mutuamente sobre quién sabía qué antes y por qué no lo dijo... la crisis alimentaria alcanza ya a 13 países y todavía está por ver las pérdidas económicas para la industria avícola.
Bélgica asegura que sus homólogos holandeses habían detectado la presencia de fipronil en sus granjas en noviembre de 2016, pero no avisaron a tiempo. El responsable de la Agencia de Seguridad Alimentaria de Países Bajos -Roban van Lint- se defiende afirmando que esa afirmación "es falsa" y matiza que ellos "siguieron la normativa europea".
Alemania dice que al margen de quién fuera el primer responsable va a enviar funcionarios alemanes de enlace a los países vecinos para mejorar la comunicación.
El comisario europeo de Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, por su parte, ya ha advertido que se estudiarán las sanciones para quienes hayan cometido irregularidades. En el punto de mira están una compañía holandesa de desparasitación y su proveedor belga.
Amenaza a la carne de pollo
Aunque los análisis realizados a los huevos posiblemente contaminados con fipronil muestran índices bajos de toxicidad, los consumidores no confían en la seguridad de estos alimentos y la transparencia de los organismos.
De momento, los investigadores han extendido las pruebas a los pollos de las granjas avícolas de Países Bajos destinados al consumo humano, como medida de precaución, para descartar que el pesticida haya contaminado también la carne.
Sin embargo, los expertos holandeses aseguran que hay pocas probabilidades de que este alimento también se viera afectado por la contaminación.
Los pollos solo permanecen en las granjas durante seis semanas antes de su venta al público, sin necesidad de ser desparasitados con pesticida, a diferencia de las gallinas ponedoras de huevos, que permanecen dos años en las granjas.
Los productores holandeses de la industria avícola -que han detenido sus ventas- esperan la confirmación que descarte el riesgo en la carne de pollo. De lo contrario, miles de aves podrían ser sacrificadas.
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), por su parte, asegura que no existe riesgo por el consumo de huevos y carne de pollo en España, ya que la mayor parte de su procedencia es nacional.
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