Hemos leído una noticia en la que muestran que una dieta pobre en Zinc durante la niñez aumenta el riesgo de sufrir hipertensión arterial en la vida adulta. Los estudios los han realizado los investigadores de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.
Ya se sabía que la deficiencia de Zinc en la dieta deteriora el crecimiento y la madurez, además, también provoca anemia. Muchos alimentos contienen ciertas concentraciones de Zinc, el agua que bebemos también contiene una determinada cantidad, esta sustancia es un elemento esencial para nuestra salud, pero en su medida adecuada.
Una deficiente absorción de esta sustancia, puede producir pérdida del apetito, una disminución de la sensibilidad, del sabor y del olor, además puede producir pequeñas llagas y algunas erupciones cutáneas. Para que nuestro sistema inmunológico funcione adecuadamente y las heridas cicatricen correctamente es necesaria una ingesta de Zinc adecuada.
Las carnes de vacuno, de cerdo y de cordero, presentan altos valores de Zinc, pero tampoco conviene atiborrarse, ya que unos niveles altos de este mineral pueden dañar el páncreas y alterar el metabolismo de las proteínas causando arteriosclerosis.
Para la salud de nuestro cuerpo, nada mejor que una dieta equilibrada que nos aporte los distintos nutrientes necesarios en su justa proporción. Podemos encontrar un sinfín de alimentos que contienen Zinc, además de las carnes están los mariscos, las yemas de huevo, algunas verduras, etc.
Una buena dieta mediterránea es para nosotros la ideal para llevar una vida sana y equilibrada.
Vía | La Nación Más información | Plato del día