Os traigo un nuevo estudio sobre el hecho del por qué las comidas con grasa nos gustan tanto y a juzgar por los resultado bien podríamos decir que la gula no es un pecado si no que es herencia evolutiva.
El estudio lo han realizado con ratas en la Universidad de California. Sí, ya se sabe, que mejor una rata que tener a alguien comiendo y comiendo, además se obtienen más datos de generaciones de ratas que de generaciones de personas glotonas.
Datos importantes del estudio. Parece que las ratas segregaban unas sustancias neurotransmisoras en el aparato digestivo cuando se les exponía a comidas ricas en grasas, circunstancia que no se daba con otro tipo de alimentos. Estos neurotransmisores son los responsables de despertar un apetito voraz ante estos alimentos.
La explicación. Parece ser que la explicación de la gula, por lo tanto, se debe encontrar en mecanismos evolutivos. En el pasado (muy pasado) los alimentos ricos en grasas escaseaban y por lo tanto cuando nos encontrábamos ante este tipo de alimentos nos entraba más hambre para poder comer más y acumular reservas.
El problema es que hoy en día los alimentos con grasas crecen como lechugas por todos lados y por lo tanto es más fácil que nos entre la gula en cualquier momento. Y por lo tanto hacernos obesos. La solución, control, ejercicio diario, educación, y como no las pastillas. Que para eso hacen estos estudios, para crear pastillas que bloqueen esos neurotransmisores para que nos despierten la gula en nuestro interior. El futuro pasa por controlar los pecados capitales con pastillas.
Vía | El Mundo En Directo al paladar | ¿Gusto a grasa?