El American Journal of Clínical Nutrition ha publicado un estudio español realizado por el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid y el Grupo EPIC que corrobora lo que ya sabemos, una dieta en la que habitualmente se consumen alimentos fritos predispone al sobrepeso y la obesidad.
Más de 40.000 voluntarios de cinco regiones de nuestro país respondieron a cuestionarios en los que indicaban sus hábitos nutricionales, los platos que habitualmente componían su dieta y cómo los cocinaban.
Se estudiaron sus historiales clínicos, se comprobó el índice de masa corporal y el perímetro de la cintura, que como ya dijimos, está relacionado con los posibles riesgos de sufrir algún tipo de enfermedad cardiovascular.
Y los resultados fueron evidentes, los que más alimentos fritos consumían, tenían mayor índice de obesidad, pero también indican que los que esporádicamente consumen fritos no tienen la misma incidencia, lo que también indica que sí se puede comer de todo pero con moderación.
Los investigadores barajan las siguientes explicaciones a la relación entre una alimentación rica en frituras y el sobrepeso o la obesidad: Principalmente se ingiere más cantidad cuando se comen fritos porque las grasas tienen un bajo poder saciante, sumado a que es un alimento cocinado más apetitoso para el paladar humano, la ingesta es superior. Además, las frituras se absorben y se metabolizan más eficazmente que otros nutrientes.
Destacan que esta preparación culinaria puede traer otros problemas, como que al freír a altas temperaturas se queman capas superficiales de los alimentos, pudiendo aumentar el aporte de agentes cancerígenos a nuestro organismo.
Algunas recomendaciones que dan a la hora de preparar alimentos fritos, es utilizar aceite de calidad para que no se vean tan afectadas sus propiedades al adquirir altas temperaturas, así como no usar demasiadas veces el mismo aceite para cocinar.
Evitar los rebozados con huevo, pan rallado o harina reduce también la ingesta de calorías así como una mayor absorción de grasas del alimento, también es recomendable freír ligeramente, es decir, no mantener el alimento sumergido en el aceite mucho tiempo para evitar que pierda demasiada agua y absorba mayor cantidad de grasa.
La forma de cocinar es tan o más importante que la elección de los alimentos para cuidar nuestra salud. Siempre será mejor cocinar a la plancha, al vapor o al horno, pero no necesariamente hay que prescindir de los fritos, sino consumirlos de vez en cuando.
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