Durante mucho tiempo se ha asociado los niveles de colesterol en sangre con los hábitos alimenticios que tenemos. Sin embargo, los estudios científicos al respecto han brindado resultados originales sobre el tema, y hoy nos preguntamos si para reducir el colesterol es útil disminuir el colesterol que comemos, o ello no tiene mayor influencia en nuestro organismo.
El colesterol, parte de nuestro organismo
Como hemos dicho cuando hablamos de la cara positiva del colesterol en nuestro cuerpo, éste es un compuesto lipídico que se encuentra en todos los organismos de vertebrados, ya que se sintetiza en el mismo, por lo que hay una producción endógena que impide que el colesterol se encuentre ausente en nuestro cuerpo.
Así, el colesterol es parte de nuestro organismo, y resulta indispensable para formar determinadas hormonas y vitamina D, incluso, al ser parte de las membranas celulares y de la sales biliares que ayudan a digerir grasas, tiene un papel fundamental en las funciones del cuerpo humano.
Su presencia es necesaria para la formación de hormonas sexuales y para el buen funcionamiento de órganos reproductores, así como también para que el cuerpo en su totalidad se desempeñe con normalidad en diferentes funciones metabólicas.
Con todo ello, queda más que claro que el colesterol no es un compuesto malo, sino que simplemente es parte de nuestro organismo y la clave está en no tener niveles excesivamente elevados del mismo.
El colesterol que comemos, ¿influye en sus niveles en nuestro organismo?
Dado que todos tenemos colesterol porque existe una síntesis endógena, no podemos esperar que un vegano que no consume absolutamente nada de colesterol, tenga escasos niveles de este lípido en sangre, y de igual forma, en la actualidad se cuestiona si el colesterol que comemos, puede aumentar o modificar los niveles de colesterol en nuestro organismo.
Ya en el año 2009, un estudio concluía que el efecto del consumo de huevos, un alimento rico en colesterol, sobre el colesterol en sangre es insignificante clínicamente, y que por el contrario, puede alterar más los niveles de este lípido la ingesta de grasas saturadas que de colesterol en sí.
De igual forma, desde hace mucho tiempo ya se veía que la sola reducción del colesterol que comemos logra una muy escasa disminución de los niveles de este lípido en sangre, por lo que, es muy probable que la influencia del colesterol que comemos no sea tan importante sobre sus niveles en nuestro cuerpo.
A pesar de ello, la Asociación Americana del Corazón y las últimas Guías Alimentarias para Estadounidenses del año 2010, continúan recomendando cuidar la ingesta de colesterol así como de otros tipos de grasas para prevenir su exceso en el organismo.
Sin embargo, recientemente ha salido a la luz un debate sobre el tema que se creó cuando el Comité Asesor de las Guías Alimentarias Estadounidenses para la creación de las recomendaciones de este año sugirió no realizar recomendación sobre el colesterol en la dieta debido a la escasa evidencia que confirma su influencia sobre sus niveles en sangre y sus riesgos para la salud.
El comité indica que hay organismos genéticamente más vulnerables ante la ingesta de colesterol, mientras que en otros, el elevado consumo de este lípido puede no afectar sus niveles en el organismo.
De igual forma, los niveles de colesterol en sangre pueden ser afectados por el consumo de diferentes tipos de grasas, por el estrés, por la actividad física y otros factores, y no sólo por la ingesta de alimentos ricos en colesterol.
No obstante, hasta el momento, las recomendaciones continúan siendo ingerir menos de 300 mg al día de colesterol mediante los alimentos.
Conclusión: ¿debemos reducir el colesterol que comemos?
Aunque todavía no hay cambios en las recomendaciones alimentarias vigentes a nivel internacional, la evidencia científica resulta pobre para confirmar que sólo el colesterol que comemos influye en los niveles de este compuesto en nuestro cuerpo, y por el contrario, se confirma que hay otro tipo de factores que pueden alterar el colesterol en sangre.
Quizá, el mayor debate que surge al respecto se debe a los más de 40 años hablando del colesterol y su nocivo efecto en el organismo, cuando sabemos, se trata de un compuesto que viene junto a nosotros, que está en nuestro cuerpo y que por supuesto, es necesario para el funcionamiento adecuado del mismo.
Lo importante a retener quizá sea que en cuanto a dieta y salud, no sólo debemos mirar un factor o aspecto aislado, sino que el todo es más importante.
Por ello, llevar una estilo de vida saludable, con una dieta con bajo aporte en grasas trans y alto aporte de fibra y grasas buenas, así como descansar lo suficiente, evitar el tabaquismo y realizar actividad física regular es la clave para estar sanos y mantener los niveles de colesterol en sangre en valores adecuados.
De todas formas, esperamos conocer prontamente si las Guías Alimentarias para Estadounidenses se actualizarán o no respecto a la ingesta de colesterol y su influencia en la salud.
Bibliografía consultada | Nutrition Bulletin, Volume 34, Issue 1, pages 66–70, March 2009; July 1965, olume 14, Issue 7, Pages 759–765 y USDA
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