La patata es, de todas las verduras que conocemos, la menos valorada y quizá, la que peor fama tiene, sobre todo, si se habla de comer saludable o de emplear hortalizas para perder peso. Sin embargo, es un ingrediente injustamente maltratado que hoy nos dedicaremos a reivindicar.
El injusto maltrato hacia la patata
El gran maltrato hacia la noble patata viene dado generalmente por la creencia de que esta hortaliza tiene muchas calorías, pues es real que posee mayor cantidad de hidratos de carbono que otros vegetales, pero en realidad, no aporta muchas calorías y casi no tiene grasas.
La patata entonces, a diferencia de la pasta que aporta cerca de 350 Kcal por cada 100 gramos, ofrece sólo 70 Kcal y además, tiene sólo 14 gramos de hidratos por cada 100 gramos. Si lo comparamos con la calabaza que aporta 30 Kcal por cada 100 gramos, es claro que la patata es más concentrada en hidratos y energía que otras verduras, de allí el injusto maltrato, pues aun así, es un alimento de baja densidad calórica.
Además, ofrece 2 gramos de fibra por cada 100 gramos, lo cual es de gran ayuda para saciarnos mientras obtenemos buenos nutrientes para cuidar la salud, por supuesto, un puré de patatas perderá casi toda la fibra de la hortaliza, mientras que podemos sacar mayor provecho a ésta si consumimos una patata al horno con piel.
Los beneficios de consumir patata
Ahora que sabemos que la patata no tiene tantas calorías como pensábamos, no podemos dejar de nombrar sus valiosos beneficios, pues consumir patatas no sólo es placentero para el paladar acostumbrado culturalmente a este ingrediente, sino también, para el organismo y su salud.
La patata entonces, es un alimento que concentra minerales importantes para el organismo, tales como el potasio, el fósforo, magnesio y en menor medida, selenio. Su contenido en potasio es quizá el más relevante, no sólo porque concentra una buena proporción de este nutriente, sino también, porque éste se asocia a una menor presión arterial.
Este mineral junto a los fitoquímicos de esta verdura, han permitido demostrar que la patata es de ayuda para prevenir y controlar la hipertensión arterial.
Además no podemos olvidar que la patata es un alimento rico en fibras, y que también es fuente de prebióticos, por lo que contribuye a prevenir el estreñimiento y a cuidar el funcionamiento intestinal.
Como si fuera poco, la patata es un alimento sin gluten, aunque es buena fuente de hidratos complejos, por lo que resulta un ingrediente ideal en preparaciones para celíacos.
Por último, no podemos dejar de decir que la patata es un alimento muy popular, amado por todos y que solemos conseguir a un precio accesible todo el año.
Es un ingrediente muy versátil que nos permite lograr variados platos con buenos nutrientes, como puede ser una ensalada a base de patatas, una sopa con patata, o por qué no, una lasaña de patatas.
La mejor forma de cocinar patatas
Si bien las patatas aceptan diferentes tipos de cocción, debemos recordar que como toda hortaliza, lo mejor es la cocción al vapor, al horno o al microondas, pues de esta forma evitamos la pérdida de nutrientes.
Si se cocinan las patatas fritas, podemos perder allí parte de los nutrientes debido a la temperatura elevada, pero además, agregaremos notable cantidad de grasas y calorías a la noble patata, pues unos 100 gramos de patatas fritas contienen 500 Kcal, mucho más que la misma cantidad de patata asada o al vapor.
Mientras que si se cocinan hervidas y cortadas en pequeños trozos, podemos perder potasio, vitamina C y otros micronutrientes solubles en agua.
Por eso, lo mejor es la cocción con piel, en piezas grandes o enteras y al vapor, microondas o al horno, para poder aprovechar todos los beneficios que la patata tiene para ofrecernos.
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