La Escuela de Salud Pública de Harvard nos indica la necesidad de incluir periódicamente en nuestra dieta habitual el pescado, ya que se reducen diferentes riesgos que pueden perjudicar la salud, reduce hasta un 36% de posibilidades de muerte coronaria.
Por otro lado y simultáneamente, el Instituto de Medicina perteneciente a los Institutos Nacionales de la Salud Norteamericanos nos indica que no hay una base consistente para tales afirmaciones y que especialmente las variedades grasas de pescado, como son el salmón o la caballa, pueden no reducir los riesgos por muerte coronaria.
Dos contradicciones que afectan la opinión y el modo de actuación del consumidor, por una parte nos indican sus beneficios y por la otra nos hacen dudar de ellos. ¿Es o no beneficioso?
Después de leer el artículo publicado en El País, creemos que si no hay un consenso en los estudios y conclusiones científicas los consumidores nos veremos sometidos a los vaivenes de “ahora es bueno, ahora no” y ante esto nos decantaremos por nuestros gustos sin tener en cuenta los estudios, ni los beneficios ni los perjuicios.
Da la impresión de que ambas administraciones intenten desacreditarse en lugar de investigar con mayor énfasis para proporcionar a los consumidores información fehaciente con la que se pueda actuar en consecuencia.
No sabemos a ciencia cierta si comer pescado previene o no de algunas enfermedades coronarias, pero sí sabemos que es un preciado manjar que no dejaremos de disfrutar digan lo que digan.
Más información | El País Más información | JAMA(The Journal of the American Medical Association)