Al recomendar pautas para perder o controlar el peso siempre se ha dado mucha importancia a las calorías: rechazar los alimentos más energéticos (los de mayor contenido en grasas o carbohidratos refinados) era la máxima de la mayoría de dietas.
Pero, a medida que avanza la ciencia de la nutrición, parece claro que en la perdida o ganancia de peso intervienen bastante más variables. No solo es importante reducir la ingesta de algunos alimentos, sino también priorizar otros. Y estos no son siempre los que tienen menos calorías.
Los frutos secos son un buen ejemplo de esto. Tienen una alta densidad calórica, porque en poco volumen concentran mucha energía, pero, al mismo tiempo, están colmados de nutrientes beneficiosos para el organismo. Y, a la luz de las últimas investigaciones, son un alimento que deberíamos incorporar con mucha más intensidad en nuestra dieta.
Esta semana se ha publicado en The British Medical Journal el último gran estudio observacional al respecto, que llega a conclusiones importantes, y es que aumentar el consumo de frutos secos en solo media porción (14 gramos) al día está relacionado con un menor aumento de peso y un menor riesgo de padecer obesidad.
Un estudio con casi 300.000 sujetos
La investigación ha analizado la relación entre el consumo de frutos secos y la ganancia de peso en casi 300.000 profesionales de la salud estadounidenses, durante las pasadas dos décadas.
Cada cuatro años, durante más de 20, se pidió a los participantes que indicaran su peso y con qué frecuencia, durante el año anterior, habían comido una porción (28 gramos) de frutos secos.
El aumento de peso entre todos los participantes fue de 0,32 kilos cada año de media, pero un mayor consumo de frutos secos se asoció con un menor aumento de peso a largo plazo y un menor riesgo de volverse obeso. En concreto, un aumento en el consumo de frutos secos de media ración diaria se asoció a un riesgo menor de ganar dos o más kilos de peso en el periodo de cuatro años, así como un 15% menos de tener obesidad.
Este efecto parece constante, sin contar otros cambios en la dieta o estilos de vida, como hacer ejercicio o beber alcohol.
Por qué es bueno comer más frutos secos
Los autores del estudio advierten que, como en la mayoría de estudios observacionales y autorreportados, es imposible establecer una relación causa-efecto, y el hecho de que se haya realizado entre profesionales de la salud puede limitar su aplicación a otras poblaciones. Pero los hallazgos son consistentes con las conclusiones de estudios anteriores.
Hay diversas razones por las que los frutos secos son uno de los mejores aliados con los que contar en nuestra dieta. Además de contar con un excelente perfil nutricional, explican los autores, comer frutos secos requiere un mayor esfuerzo de nuestra mandibula, lo que nos deja menos energía para comer otras cosas.
Su alto contenido en fibra retrasa el tiempo que tarda el estómago en quedar vació, por lo que nos sentimos saciados durante más tiempo. Además, esta se une muy bien a las grasas presentes ya en el estómago, lo que hace que excretemos más calorías.
Hay algunas evidencias que apuntan también a que el alto contenido de grasas insaturadas de los frutos secos aumenta el gasto de energía en reposo, lo que también puede ayudar a evitar el aumento de peso.
En definitiva, si se anima a la población a consumir más frutos secos, sobre todo si estos sustituyen a otros snacks menos saludables como galletas o patatas fritas, el impacto sobre la salud pública puede ser notable.
Bueno para ti y para el medio ambiente
Este nuevo estudio refuerza la propuesta de varias investigaciones recientes que animaban a aumentar el consumo de frutos secos, pues estamos, además, ante uno de los alimentos que más y mejores calorías aporta en relación a su coste medioambiental.
“Además del impacto en la salud humana, el uso de proteínas vegetales respetuosas con el medio ambiente, como las presentes en los frutos secos y las semillas, para reemplazar las fuentes animales de proteínas puede contribuir a la promoción de un sistema alimentario sostenible global”, concluyen los autores del estudio, encabezados por la doctora Deirdre Tobias, del Brigham and Women’s Hospital de Boston.
Ya sabíamos que los frutos secos son saludables, pero quizás lo más importante que apuntan estos nuevos estudios es que las políticas de salud pública deberían dejar de centrarse solo en perseguir el consumo de sal, azúcar y grasa, y dedicarse también a promocionar la ingesta de cereales integrales, frutas, frutos secos, semillas y hortalizas.
Al final, lo que comemos es igual, o más importante, que lo que no comemos.
Imágenes | iStock
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios