No conozco persona que no consuma algún tipo de queso, pues tenemos a nuestra disposición variedad de estos alimentos que derivan de la leche y que resultan agradables al paladar de la mayoría de nosotros. Pero además de ser alimentos ampliamente consumidos, los quesos pueden ser de utilidad para cocinar más sano y así, cuidar nuestra salud y forma física.
Los quesos y su ayuda para comer más sano
Los quesos son alimentos muy populares en nuestra mesa y la gran variedad de ejemplares que encontramos en el mercado es uno de los factores que los vuelven útiles para cocinar y comer más sano, pues tanto quienes deben consumir con menos calorías como quienes buscan ganar peso o reducir malestares gastricos pueden verse beneficiados con su consumo.
Además de la diversidad de quesos, éstos alimentos tienen en común una gran riqueza nutricional que los vuelve ingredientes útiles cuando buscamos incrementar la presencia de vitaminas y minerales en nuestros platos, pues con los quesos podemos sumar calcio, vitamina D, vitamina A, fósforo, potasio, sodio, selenio y magnesio.
Asimismo, podemos incorporar una gran cantidad de proteínas a las preparaciones, nutriente que sacia y ayuda a mantener el hambre a raya por más tiempo, por eso, si empleamos un queso crema reducido en grasas en reemplazo de nata, por ejemplo, estaremos logrando un plato con menor contenido graso, menos calorías y mayor utilidad para calmar el apetito y perder peso.
De igual forma, podemos elaborar un pastel, una salsa o un helado a base de queso como sustituto de nata, para restar calorías y grasas, sumar vitaminas y minerales y lograr una preparación mucho más nutritiva pero igualmente sabrosa y con textura agradable al paladar.
Por todas estas razones, utilizar quesos en la cocina puede ser de gran utilidad para lograr platos sanos y sabrosos.
Diferentes formas de emplear quesos en la cocina
Por supuesto, escogeremos el queso que más se ajuste a nuestras necesidades, optando por una opción reducida en grasas y con mayor aporte de agua o más fresco si queremos adelgazar, o una opción tradicional si lo que buscamos es coger peso.
También elegiremos el tipo de queso en función de la preparación que buscamos lograr, pues para pasteles dulces, helados y salsas suelen ser de mayor utilidad los quesos frescos o no curados, que pueden batirse y emplearse para dar untuosidad a las recetas con una consistencia semi líquida o blanda, mientras que si queremos formar una costra o cubierta de un plato, será mucho más favorable un queso curado, firme y con escaso contenido acuoso, que se dore fácilmente ante el contacto con el calor.
Así, en la cocina podemos lograr platos muy saludables usando quesos, por ejemplo, podemos elaborar una tarta tatin de tomates y queso de cabra fresco, unos tacos de merluza con salsa picante de queso, o unos solomillos de cerdo con alcachofas y salsa de queso.
También podemos usar quesos para elaborar platos dulces más sanos y nutritivos, por ejemplo, una compota de frutos rojos con queso fresco, fresones balsámicos a la naranja con cremoso de queso, vasitos de crema de queso y fresas o una tarta de queso fresco desnatado y ciruelas.
Como se puede ver, las opciones son muchas y la incorporación de quesos a nuestros platos, sobre todo utilizados en reemplazo de nata o mantequilla, nos permite mejorar grandemente la calidad nutricional de las preparaciones.
Por ello, no dejes de usar quesos en tus platos si buscas cocinar más sano sin alterar el sabor y la textura de las preparaciones.
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Imagen | Janos Balazs y Zalgon