Seis alimentos que nunca debes lavar en crudo antes de consumirlos

Aunque algunos alimentos requieren de un lavado muy cuidadoso como es el caso de frutas y verduras por ejemplo, algunos otros por seguridad es recomendable no lavar nunca en crudo antes de consumirlos. Buenos ejemplos son los siguientes:

Carnes rojas y blancas

Muchas veces hemos colocado el pollo recién comprado, fresco, bajo el grifo de agua o quizá también, un trozo de carne de ternera. Esta práctica que creemos nos ayuda a "limpiar" e higienizar el alimento puede por el contrario, resultar peligrosa.

La realidad es que lavar todo tipo de carnes frescas puede favorecer la propagación de microorganismos que estos alimentos contienen naturalmente y que tras la cocción adecuada quedan muertos o inactivos.

Entonces, tanto el pollo como otras aves y carnes rojas, nunca es aconsejable lavarlos en crudo previo a su cocción.

Pescados

Los pescados, tras retirar escamas u otras impurezas, muchas veces nos apetece lavarlos bajo el grifo de agua cuando como sucede con las carnes, puede resultar contraproducente.

En primer lugar el pescado puede perder frescura, pero lo más importante es que podemos esparcir microorganismos patógenos como la salmonella u otros al lavarlo en crudo en la cocina.

Si los vamos a consumir en crudo o con una breve cocción y nos queremos asegurar que no contiene anisakis por ejemplo, igualmente no debemos lavarlos sino que lo recomendable es congelarlo por aproximadamente cinco días previo a su consumo para matar este parásito que puede ser causa de enfermedades transmitidas por alimentos.

Huevos

Si acabamos de comprar huevos en una granja cercana o bien en el supermercado pero igualmente se encuentran manchados por restos e impurezas del corral, no es recomendable lavarlos si posterior a ello no los vamos a cocinar o comer de inmediato.

La cáscara del huevo representa una membrana que impide que microorganismos patógenos accedan a su interior y si lavamos la misma dejamos paso a que bacterias puedan contaminar el alimento o la parte comestible del huevo.

Entonces, sólo previo a su consumo recomendamos lavar el huevo por fuera, mientras que de lo contrario, debemos almacenarlos tal y cómo se presentan, sin alterar la cáscara que sirve de protección.

Setas y hongos

Aunque es cierto que por encontrarse en la tierra estos alimentos deben ser muy bien higienizados, la realidad es que no es recomendable lavarlos bajo el grifo de agua.

Con una fuerte corriente de agua sobre setas y hongos podemos alterar considerablemente la estructura de los mismos, deshidratándolos y magullándolos.

Entonces, en lugar de lavarlos se aconseja usar trapos limpios y húmedos, así como toallas de papel húmedas y siempre siempre se recomienda secarlos bien, ya que de lo contrario, su consistencia se reduce a causa de la pérdida de agua de su interior.

Pasta

La pasta es almidón y otros hidratos de carbono que al contacto con el agua a alta temperatura se hidratan pero también brindan consistencia a la pasta lista para ingerir.

Si lavamos la pasta en crudo, seca o fresca antes de consumirla, lo único que lograremos es que pierdan el almidón de sus capas más externas, por lo que al colocarlas en agua para su cocción no tendrán firmeza ni consistencia apropiada sino que por el contrario, podrán deshacerse, ablandarse y hasta pegarse entre sí.

Entonces, si queremos una buena pasta, jamás debemos lavarla en crudo previo a su ingesta.

Frutos secos y semillas

Los frutos secos y semillas comestibles se extraen de una cáscara o corteza externa que los ha protegido adecuadamente. Además, por su reducido contenido acuoso no son alimentos inseguros o en los cuales microorganismos patógenos se propaguen fácilmente, por lo tanto, no requieren higiene previa a su consumo.

Por otro lado, cuando los lavamos los hidratamos y tanto frutos secos como semillas pierden consistencia, firmeza y no resultan tan atractivos al paladar, siendo incluso un proceso durante el cual los podemos contaminar con microorganismos que haya presentes en la cocina.

Entonces, ni frutos secos ni semillas deben lavarse previo a su consumo si queremos buenos ejemplares de estos alimentos en nuestros platos.

Si queremos más seguridad en nuestros platos y preparaciones atractivas al paladar además de inocuas, estos son los seis alimentos que nunca debes lavar en crudo.

Imagen | Pexels

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