Pese a que todos sabemos que tenemos que beber más agua cuando hace calor, no siempre nos damos cuenta de que no estamos bebiendo la suficiente
Como todos los años, con la llegada del calor, surgen las advertencias sobre la importancia de mantenerse a la sombra, evitar hacer ejercicio en las horas centrales del día e hidratarse adecuadamente.
Pese a esto, todos los años hay fallecimientos por deshidratación, sobre todo entre los colectivos más vulnerables, como mujeres, niños y trabajadores al aire libre. Durante el verano de 2023, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) identificó 3.009 defunciones atribuibles al exceso de temperatura a nivel nacional.
Y es que, aunque todos sabemos que tenemos que beber agua, no siempre nos damos cuenta de que no estamos tomando la suficiente. Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos y, cuando hace calor, hay que hidratarse de forma más frecuente, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.
Estas son las siete señales que indican que estás bebiendo menos agua de la que deberías:
1. Tienes sed
Esta es la señal más obvia, pero no siempre la atendemos. En cuanto tengas sed, sobre todo cuando hace mucho calor, deberías beber agua de inmediato. El tener sed no solo implica que tu cuerpo demanda líquidos, sino también que tu sistema inmunológico se está debilitando.
2. Tu orina es muy oscura
Si estamos bebiendo poca agua, la orina se vuelve más concentrada y cambia de color: se vuelve más oscura. Una orina saludable es aquella que tiene un color amarillo pálido. Observar la propia orina es una de las formas más sencillas de saber si estás bebiendo suficiente agua.
3. Te duele la cabeza
El dolor de cabeza puede provenir de muchas causas, pero si no tienes migrañas de forma frecuente, puede ser un indicativo de que te está dando un golpe de calor, debido a la deshidratación, que a su vez provoca una reducción del volumen sanguíneo. Sencillamente, tu cerebro no está recibiendo los suficientes nutrientes y está dando la voz de alarma.
4. Estás cansado y no logras concentrarte
La fatiga es otro de los síntomas de un volumen sanguíneo reducido, fruto de la deshidratación. Si además sientes mareos es que la cosa se está poniendo seria.
5. Notas la piel o los labios secos
La sequedad de la piel y los labios es otro de los síntomas típicos de la deshidratación. La sequedad, además, puede provocar picores. Si llevas un rato rascándote lo mejor que puedes hacer es beber agua.
6. Tienes ojeras
Si no estás bebiendo suficiente agua, la sangre se vuelve más espesa, lo que tiende a hacer que los vasos sanguíneos sean más visibles. Los ojos hundidos, las ojeras y el aumento de las arrugas en los ojos pueden ser una señal de que no estás bebiendo lo suficiente.
7. Estás estreñido
El estreñimiento es otro de los síntomas típicos de deshidratación. Tiene todo el sentido del mundo: si bebes poco, tus intestinos extraen demasiada agua de las heces, lo que a su vez reduce su volumen. Cuando el tracto intestinal no está lleno, el cuerpo no se siente obligado a eliminar los desechos. Esto, además, puede derivar en otras molestias intestinales.
Imágenes | Lisa Fotios/Andrea Piacquadio
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