He escuchado miles de veces "mi problema es la ansiedad" o "estoy gordo porque soy ansioso" y así muchas personas que responsabilizan a la ansiedad de su exceso de peso. La realidad es que entre emociones y alimentación hay un vínculo muy estrecho y la ansiedad sí puede ser un estímulo para comer y comer pero también te mostramos que tu dieta puede ser la solución a tu ansiedad constante y así, ayudarte no sólo a comer menos y mejor sino también, a sentirte de maravilla.
La ansiedad puede llevarte a comer
Quienes padecen ansiedad sufren de diferentes síntomas que reducen su calidad de vida al condicionar la realización de actividades diarias y afectar el bienestar general.
La sensación de preocupación o miedo constante, la percepción de estrés y nerviosismo todo el tiempo puede no sólo provocar un malestar generalizado sino también ser una de las razones por la que buscamos comida, aun sin tener hambre.
Es decir, la ansiedad puede llevarnos a comer al ser un estímulo para la alimentación emocional. Buscamos comer alimentos que nos brinden placer y que nos "relajen" temporalmente para aliviar los síntomas que la ansiedad produce en nuestro cuerpo. De hecho, el estrés que percibe quien se siente ansioso puede ser una causa frecuente de obesidad o aumento de peso.
De allí que la relación que se presenta entre dieta y ansiedad es compleja, pues la presencia de esta última condición que requiere de tratamiento psicológico puede llevarnos a un mal comportamiento alimentario y a una dieta de calidad deficiente, incluso puede hacernos engordar con facilidad.
Pero al mismo tiempo, ese mal comportamiento alimentario puede agravar nuestra ansiedad, ya que nos sentiremos mal físicamente, culpables de haber comido sin control o incapaces de salir de ese momento en que comemos y comemos sin freno alguno.
Así, la ansiedad y la comida están mucho mas relacionadas de lo que pensamos y la primera puede llevarte a comer pero también, con la última podemos agravar los síntomas de ansiedad o bien, controlar los mismos.
Cómo controlar la ansiedad con ayuda de la dieta
Lamentablemente, es mucho más frecuente ver casos en que la comida agrava la ansiedad que personas cuya dieta ha solucionado en gran medida los síntomas de ansiedad constante.
No obstante, una buena dieta puede ser clave para que nos percibamos menos ansiosos según señala un estudio publicado en International Journal of Endocrinology y de esta forma, podamos sentirnos mejor y elevar nuestra calidad de vida.
Así, algunas claves para controlar nuestra ansiedad mediante lo que comemos son:
Incluir grasas de calidad en la dieta
Según un estudio publicado en Neuroscience las dietas altas en grasas parecen no afectar el desarrollo de ansiedad si se cuida la calidad de las mismas. Es decir, un alto consumo de grasas trans puede perjudicar el funcionamiento cerebral e inducir síntomas propios de la ansiedad, mientras que sucede en menor medida si escogemos grasas saturadas o grasas insaturadas propias de aceites vegetales, pescado azul, semillas o frutos secos varios.
Por otro lado, el omega 3 es un tipo de grasas cuyos beneficios a nivel cerebral han sido probados y lejos de perjudicarnos podría ser de gran ayuda para prevenir la ansiedad y otros desórdenes psicológicos.
Evitar al máximo los azúcares simples
El azúcar es enemigo número uno de nuestra dieta y no sólo porque su exceso puede provocar obesidad, cáncer, hipertensión, caries y otras enfermedades sino que como concluyeron investigadores de Brasil, un exceso de azúcar puede favorecer la ansiedad.
Por supuesto, hablamos de azúcares libres, que se asimilan fácilmente o azúcares añadidos industrialmente y no naturalmente presentes en los alimentos que, a diferencia de los primeros, se acompañan de buenos nutrientes para el organismo.
Así, si queremos reducir la ansiedad es recomendable evitar alimentos procesados y ultraprocesados que son fuentes habituales de azúcar en nuestra dieta y al mismo tiempo, reducir al máximo el consumo de azúcar de mesa, miel, chucherías, dulces y similares en general.
Organizar la dieta y comer con regularidad
Una alimentación desorganizada, descontrolada, con horarios irregulares y un comportamiento alimentario poco sano en que después de horas de ayuno comemos grandes cantidades de comida puede alterar nuestros ritmos circadianos y ello, afectar el funcionamiento cerebral de forma tal que favorezca la ansiedad.
Cuanto más organización, planificación y regularidad haya en nuestra dieta, menos ansiedad tendremos por lo que puedes acudir a nuestro menú ligero para armar tu propio menú de comidas y planificar una dieta más sana, ordenada y placentera.
Moderar el consumo de café
La cafeína, así como el tabaco y el alcohol, son estimulantes del sistema nervioso central y por ello pueden agravar síntomas propios de la ansiedad como la irritabilidad o el nerviosismo y la tensión muscular.
Si queremos reducir la ansiedad mediante lo que comemos es imperante moderar el consumo de café y evitar al máximo la ingesta de alcohol así como el mal hábito de fumar como señalan expertos de Harvard.
Consumir alimentos de alta densidad nutritiva
Frutas y verduras en general, cereales integrales que poseen vitaminas del complejo B y fibra, legumbres, frutos secos y semillas colmadas de magnesio y zinc, así como mariscos, levadura de cerveza y pescado azul son de gran ayuda al momento de controlar la ansiedad.
Tanto las vitaminas del complejo B como el zinc y el magnesio son micronutrientes que influyen en gran medida en el funcionamiento del sistema nervioso, por lo que podrían contribuir a controlar la ansiedad mediante lo que comemos.
Es claro que la dieta puede ser la solución a tu ansiedad constante, pero la mismos siempre debe ser acompañada de otros hábitos de vida sanos tales como no fumar, descansar bien o practicar ejercicio con regularidad.
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