De seguro has oído hablar de adicción a la comida, pues aunque la comida no es una droga, el comer es un comportamiento habitual y si el mismo no es el adecuado puede generar una adicción tal como el uso de videojuegos. Es decir, la adicción a la comida es una adicción a conductas y no a sustancias específicas, aunque en ésta también hay nutrientes, compuestos y sustancias implicadas.
Te contamos todo sobre la adicción a la comida: sus síntomas, cómo controlar su presencia y cuáles son los ingredientes más adictivos que existen.
¿Existe la adicción a la comida?
Sí, aunque no se puede hablar de la comida como una droga, sí es posible hablar de adicción a la comida dado las similitudes de este desorden con otras adicciones.
Así, se considera que se trata de una adicción cuando hay tres factores presentes: un patrón problemático de uso o una relación conflictiva con la comida (incluyendo alimentación emocional, bajo control de impulsos u otros), una sustancia que causa un síndrome de abstinencia cuando se corta su consumo y el desarrollo de una tolerancia que obliga a aumentar la dosis de la sustancia para obtener el mismo efecto.
Considerando estas tres características, claramente podemos experimentar adicción al chocolate, a los bollos o las patatas fritas si estamos habituados a su consumo, pues aunque estos son alimentos y no drogas, incluyen una o más sustancias adictivas que pueden engancharnos al punto tal que sentimos su ausencia, que cada vez queremos más y que no podemos controlar su consumo una vez que empezamos, es decir, nos resulta complejo hacer una ingesta moderada de los mismos o resistirnos a su consumo.
Aunque esto puede ser un comportamiento aislado, si de manera habitual y sostenida en el tiempo tenemos algunas conductas, podemos considerar una adicción a la comida. De hecho, para su diagnostico se ha desarrollado un test en base a los criterios del DSM o Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales, que fue adaptado por nuestros compañeros de Vitónica y sólo se basa en 13 preguntas.
Si el consumir determinados alimentos nos lleva a una ingesta excesiva hasta el punto de sentirnos mal físicamente, si nos genera angustia su consumo o su ausencia, si buscamos alimentos para sentirnos mejor, o bien si el acto de comer o no determinados alimentos o platos nos genera conflictos con familiares y amigos es probable que tengamos una conducta adicitiva si estos problemas son frecuentes y los tenemos desde hace mucho tiempo.
Los alimentos y platos más adictivos
Determinadas sustancias como pueden ser la sal, el azúcar refinado o los azúcares libres en todos sus aspectos que se digieren fácilmente, así como la grasa son los nutrientes más vinculados a una conducta adictiva según un estudio publicado en PlosOne.
Asimismo, se sabe que aunque el sabor sea el mismo, un batido con azúcar es más adictivo que otro a base de hidratos complejos, ya que son los hidratos de alto índice glucémico o los hidratos simples también llamados azúcares los que incentivan la adicción a la comida, no saciando sino por el contrario, produciendo placer y estimulando su consumo como señalan científicos de Boston.
Por otro lado, a mayor grado de procesamiento y mayor palatabilidad de un alimento o preparación, mayores son las probabilidades de que nos genere placer activando zonas del cerebro vinculadas a la conducta adictiva. Así, los alimentos ultraprocesados serían uno de los más adictivos.
Si habría que elaborar un ránking con los alimentos o platos más adictivos de todos, se situarían en los primeros 10 puestos los siguientes: pizza, chocolate, patatas fritas de bolsa, galletas de chocolate, helado, patatas fritas, hamburguesas con queso, refrescos con azúcar, pasteles, y aunque sorprenda el queso debido a los compuestos derivados de sus proteínas.
Como podemos ver, entre los productos más adictivos se encuentran aquellos que no sólo tienen grasa o azúcar, sino que combinan ambos y que además, pueden tener sustnacias como al teobromina en el caso del chocolate o la sal en el caso de las patatas fritas de bolsa y la pizza, que acentúan su efecto adictivo.
Cómo controlar la adicción a la comida
Cuando hablamos de adiccion a la cocaína o el tabaco, el tratamiento es claro: dejar de consumir dichas sustancias que generan el problema. Sin embargo, cuando se trata de comida el abordaje es mucho más complejo, simplemente porque la comida no es una droga y porque estamos rodeados de comida y no podemos dejar de comer simplemente.
Entonces, una buena forma de controlar la adicción a la comida, y también de prevenirla, es evitar los procesados y ultraprocesados siempre que sea posible, acudiendo sobre todo a comida real, a base de alimentos frescos y elaborada con nuestras propias manos.
Esta comida hecha en casa, con alimentos y no con productos que esconden azúcares, grasas y sodio, siempre será menos adictiva, más saciante que aquellos platos que están específicamente diseñados para incentivarnos a su consumo y por ello, son más placenteros.
Por supuesto, siempre es fundamental reconocer si existe una adicción a la comida y analizar las posibles causas, teniendo en cuenta que el estrés, las emociones sin resolver y demás pueden encontrarse detrás de todo y ello requiere una solución para poder después controlar la conducta adictiva al momento de alimentarnos.
La comida no sólo nos nutre sino también puede generar placer, pero si en este vínculo complejo encontramos angustia, estrés, ansiedad, sentimientos negativos y problemas en otras áreas de la vida relacionadas con la comida, ya no estamos hablando de una relación sana con los alimentos sino de un comportamiento que puede ser adictivo.
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