La vitamina C es uno de los nutrientes más conocidos por todos nosotros y habitualmente vinculados a la prevención y tratamiento de gripes y resfriados. Sin embargo, esta vitamina tiene muchas otras funciones importantes en nuestro cuerpo y por eso, te contamos todo lo que necesitas saber sobre la vitamina C y sus utilidades.
¿Realmente ayuda a prevenir resfriados?
Aunque es lo que siempre hemos escuchado y la vitamina C interviene en el sistema de defensas de nuestro cuerpo, la realidad es que hay poca evidencia de que un adecuado consumo de este nutriente contribuya a la prevención de gripes y resfriados.
Por el contrario, la vitamina C podría acortar la duración de estas infecciones respiratorias y también ser de utilidad para disminuir los síntomas de las mismas, según señalan estudios.
Por lo tanto, en esta temporada en que hay mayor incidencia de gripes, resfriados y otras infecciones respiratorias, recomendamos no descuidar la ingesta de vitamina C ni su presencia en la dieta habitual.
Más allá de gripes y resfriados: los efectos de la vitamina C en nuestro cuerpo
Además de contribuir al funcionamiento de nuestro sistema inmunitario y por eso, ser de utilidad en esta temporada para prevenir infecciones respiratorias comunes, la vitamina C tiene muchos otros efectos y funciones importantes en nuestro cuerpo.
Contribuye a la salud de nuestros huesos
La vitamina C es requerida para la síntesis de colágeno y por ello, resulta clave para formar y reparar estructuras corporales.
Pero además, la vitamina C podría favorecer por su carácter ácido la absorción de calcio y así, ser de utilidad para ingresar al cuerpo un componente clave de huesos y dientes.
Los estudios, aunque no son muchos, señalan que la vitamina C también tiene un rol protector ante la osteoporosis, junto a la vitamina D y el calcio.
Por ello, no podemos dejar que falte en nuestra dieta para cuidar la salud ósea.
Tiene efecto antioxidante y reduce el estrés en nuestro cuerpo
Es reconocido el efecto antioxidante de la vitamina C, es decir, neutraliza el impacto de los radicales libres del oxígeno en nuestro cuerpo y disminuye el estrés oxidativo.
Esto puede traducirse en más salud para cada célula del cuerpo y en una ayuda para la prevención de diferentes enfermedades. Incluso, por esta cualidad se piensa en la vitamina C como un potencial agente anti- cáncer.
Beneficia la salud cardiovascular
Por su poder antioxidante que reduce el estrés oxidativo y su efecto negativo en cada célula del cuerpo y porque ha demostrado ser efectiva en altas dosis para reducir la presión arterial, la vitamina C puede beneficiar la salud cardiovascular.
Por otro lado, la vitamina C podría reducir el estrés percibido y la respuesta al estrés de nuestro cuerpo tanto a nivel físico como psicológico, siendo esto beneficioso para arterias y corazón.
Además, la vitamina C es un buen recurso para favorecer la absorción de hierro y contribuir a la prevención de anemias, algo más que de forma indirecta beneficia la circulación sanguínea y por lo tanto, la salud cardiovascular.
Favorece el logro de un peso corporal saludable
La vitamina C se ha asociado inversamente con la proporción de grasa corporal, independientemente del peso e índice de masa corporal.
Entre las funciones de la vitamina C se encuentra su intervención en la formación de carnitina, una sustancia imprescindible para la quema de grasa en nuestro cuerpo.
Asimismo, contribuye a mantener masa muscular con el paso del tiempo, lo cual es favorable para conservar un metabolismo activo. Por todo estio, este nutriente es de gran ayuda para lograr y mantener un peso corporal saludable.
La vitamina C en nuestra mesa habitual
Como pudimos ver, la vitamina C tiene valiosas funciones y diversas utilidades en nuestro organismo, siendo por ello un nutriente que merece la pena cuidar en nuestra dieta habitual.
Las principales fuentes alimenticias de vitamina C son frutas y verduras frescas, por lo que aconsejamos ingerir como mínimo cinco raciones diaras de estos alimentos.
Algunos ejemplares cuyo contenido en vitamina C es destacable son los cítricos, pimiento rojo, papaya, acerolas, arándanos, coles, berro o guayaba.
Imagen | iStock, Jumpstory y Unsplash
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