Si vas a comer carnes, te mostramos cuáles elegir y cómo incluirlas en tu dieta para no descuidar la salud

Cuando hablamos de carnes hablamos de un amplio grupo de alimentos que podemos incluir de manera habitual en nuestros platos. Te contamos cuáles elegir y cómo incluirlos en tu dieta para no descuidar la salud.

Qué carnes elegir y dónde comprar las alternativas más sanas

En primer lugar es importante distinguir carnes frescas de carnes procesadas o industrializadas siendo siempre las primeras las más aconsejables para incluir en la mesa habitual, ya que solo ofrecen proteínas y grasas en cantidades variables.

Respecto a las carnes procesadas pueden ser fuente de sodio, azúcares añadidos, harinas refinadas y muchos otros componentes que en nada benefician la salud.

Por eso, siempre lo aconsejable será priorizar el consumo de carnes frescas, ya sea rojas o blancas; evitando al máximo los fiambres y embutidos así como hamburguesas y otros productos industrializados que podemos encontrar en el supermercado y que no son más que carnes procesadas.

Las alternativas "menos nocivas" entre las carnes procesadas

Si igualmente optamos por incluir carnes procesadas a nuestros platos, es recomendable ir por las alternativas más simples y con menos ingredientes, ya que no será igual un jamón serrano que una mortadela o una salchicha en las cuales hay muchos otros ingredientes y tienen un  mayor procesamiento.

Por otro lado, lo aconsejable es acudir a carnes procesadas únicamente en  charcuterías, donde los productos son más artesanales y menos industrializados, y de esta forma pueden ser de mejor calidad nutricional.

Carnes frescas: mejor escoger cortes magros

Dentro de las carnes frescas solemos distinguir carnes rojas de carnes blancas, no obstante en ambos casos lo recomendable es acudir a cortes magros o reducidos en grasas.

Así un ala de pollo puede ser mucho más graso y calórico, así como ofrecer menos proteínas que un corte magro de ternera. Por lo tanto, aconsejamos en todos los casos, priorizar las alternativas con menos grasas y más proteínas.

En este sentido, aconsejarnos acudir a pechugas de pavo o pollo concentradas en proteínas de calidad, así como también a solomillos, lomos piernas, paletas y otros cortes de carnes frescas y magros.

¿Cuánta carne es recomendable en una dieta sana?

Las carnes, especialmente la carne rojas, siempre han sido consideradas  enemigas de una dieta saludable. No obstante como hemos dicho antes, la  clave está en priorizar los cortes magros y frescos para nuestros platos.

Sin embargo, un exceso de carnes rojas se ha vinculado a mayor riesgo de  sufrir enfermedades cardiovasculares así como también otras patologías  tales como la endometriosis; y una reducción en su consumo podría ser de  ayuda para extender nuestra esperanza de vida, según un reciente estudio.

Así, se aconseja no superar las dos porciones diarias de carnes coloque 100  cuál de consumir un máximo de 300 gramos al día de carnes rojas.

Recomendamos evitar el consumo de carnes en exceso, pues pueden desplazar otros grupos de alimentos fuentes de proteínas de excelente calidad, tales como pescados o mariscos que aconsejamos incluir a lo largo de la semana como parte de platos habituales.

Cómo incluir carnes a la mesa habitual para no descuidar la salud

Además de escoger ejemplares adecuados para nuestros platos es fundamental cuidar los métodos de cocción, ya que dependiendo de los mismos podemos incrementar o reducir el efecto nocivo de las carnes en el organismo.

Un estudio publicado hace años atrás señala que las carnes cocinadas a  fuego directo y altas temperaturas son las que más se asocian al desarrollo de cáncer, especialmente si se trata de carnes quemadas o  chamuscadas, ya que pueden originar aminas heterociclicas o hidrocarburos  aromáticos policíclicos, con poder mutágeno y cancerígeno.

Por todo esto, aconsejamos evitar las frituras, los asados y barbacoas así  como todo tipo de cocciones que produzcan dorado en exceso en nuestras  carnes.

Por el contrario, lo aconsejable es escoger opciones a la plancha, salteados, guisasos, estofados, hervidos o bien, cocciones al vapor o al microondas combinadas con ingredientes de calidad tales como frutas y verduras, legumbres, granos enteros o hierbas y especias diversas que suman vitaminas, antioxidantes, minerales y fibra a nuestros platos.

De esta forma, sugerimos incorporar carnes en ensaladas; en salteados  junto a vegetales; en wraps o tacos de lechuga; en brochetas o bien, al horno con especias diversas.

Ya sabes, si vas a comer carne, estas son las claves para elegir adecuadamente e incluirlas en tu dieta sin descuidar la salud.

En Directo al Paladar | Carnes rojas en la dieta habitual: las ventajas e inconvenientes de su consumo regular

Imagen | iStock y Jumpstory

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