El Welsh rabbit (literalmente “conejo galés”), también llamado rarebit, es una versión sofisticada de la tostada de queso. Su origen se remonta a mediados del siglo XVI, pero con el tiempo ha ido evolucionando y las variantes son incontables: con huevo escalfado (buck rarebit), con pavo y panceta (hot brown), con tomate (blushing bunny) etc.
La curiosa denominación de esta receta se atribuye a una leyenda que dice que los campesinos galeses, en esa época terriblemente pobres, tenían prohibido comer los conejos cazados en los terrenos de la nobleza, por lo que usaban queso fundido como sustituto e, irónicamente, acuñaron este nombre.
En una sartén de fondo grueso derretir la mantequilla, añadir las chalotas y dejar hacer hasta que estén tiernas. Incorporar el queso Cheddar, la cerveza, la mostaza y la sal. Remover a fuego lento hasta que el queso se derrita.
Añadir los huevos batidos y remover hasta que la mezcla empiece a espesar, uno o tres minutos (no hay que dejar que se haga demasiado). Tostar el pan por los dos lados, verter la mezcla de queso sobre las tostadas y gratinar en el horno precalentado hasta que suba un poco y se dore.
Servir con abundante pimienta negra.
Con qué acompañar el rarebit o tostada galesa de queso Cheddar
Servir el rarebit inmediatamente, no hay que dejarlo enfriar para que el pan no se ponga gomoso y el queso pierda la elasticidad que tiene cuando está caliente. Personalmente me gusta acompañar el queso con un buen Rioja y si añadimos una ensalada tenemos una cena completa y deliciosa.
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