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La cerveza: primera bebida fermentada que conoció la humanidad (Parte II)

La cerveza: primera bebida fermentada que conoció la humanidad (Parte II)
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La historia de la cerveza, fiel compañera desde que existimos, es casi la historia de la humanidad, sin embargo, a primera vista poco tienen que ver el brebaje fermentado y con tropezones que bebían los sumerios y las cañas de las que disfrutamos hoy en día. Y es que en este viaje la cerveza ha vivido apasionantes cambios y transformaciones. ¿Te apetece conocerlos?

A pesar de que fueron los romanos los que introdujeron la cerveza en Europa, fue en las fronteras del imperio donde la cerveza se convirtió en la bebida preferida del pueblo y símbolo de fortaleza, de hecho, el histórico personaje Carlomagno (742-814) era conocido como "el rey de la cerveza" y en muchas ocasiones se le representaba con una amplia sonrisa y una copa del preciado líquido siempre en la mano.

Gambrinus: el patrón de la cerveza

En el siglo XII entra en escena otro personaje importante en la historia de la cerveza: Gambrinus, el patrón de la cerveza. Cuenta la leyenda que Gambrinus era un rey que agobiado por las hambrunas que vivía su pueblo y la falta de vino se encontró en un bosque con Satán quien le propuso vender su alma a cambio de la sabiduría de hacer pan líquido, es decir, cerveza. Le debió de parecer buena idea porque dicen que él mismo bebía cerveza en grandes cantidades y a todas horas, lo que no impidió que sus últimas palabras fueran: “Si hubiera bebido más cerveza, hubiera vivido más”.

A Gambrinus también se le atribuye la incorporación del lúpulo en la receta de la cerveza, planta que le otorga el característico sabor amargo y ayuda a su conservación. Pero en realidad los romanos ya conocían esta planta, aunque su uso no se generalizó hasta el siglo XVI al ser impuesto como uno de los cuatro únicos ingredientes de la cerveza bávara por la "Ley de la pureza" que promulgó el duque Guillermo de Baviera y que establecía para su elaboración únicamente el uso de malta, cebada, agua, lúpulo y levadura.

Lúpulo

Los monjes pronto descubrieron las cualidades alimenticias y de ahorro de la cerveza: con la misma cantidad de cereal podían fabricar mucha más cerveza que pan, lo que les permitía dar de comer barato a los peregrinos. Además, beber cerveza les ayudaba a llevar con más alegría los "rigurosos" ayunos, ya que no podían comer, pero sí beber.

Pronto se estabeció entre los productores de cerveza laicos y los monasterios un gran conflicto de intereses ya que los monasterios disfrutaban de excepciones fiscales y diponían de muy buenas materias primas. Los elaboradores laicos tuvieron que buscarse la vida y se inventaron un nuevo tipo de cerveza, más barata, que les permitiese sobrevivir a pesar de la competencia de los frailes. En este punto comienza la diferencia histórica entre la cerveza de los frailes: más densa, aromatizada, y mucho más cara, y la de los laicos: menos alimenticia, más barata, aromatizada simplemente con lúpulo, pero también más refrescante.

Monasterio

Uno de los mayores logros que influirán en la historia de la cerveza fue el descubrimiento de la levadura de alta fermentación por el científico Pasteur en el siglo XIX. A partir de este momento los fabricantes no dependerán más de la levadura salvaje transportada por el aire, lo que les permitirá crear cervezas de mayor calidad y variedad. Durante este siglo los cerveceros checos y alemanes comenzarán a desarrollar una cerveza con mucho mejor aspecto, filtrada y más clara, y cada vez más parecida a la que actualmente disfrutamos y menos a la de los "tropezones" de los antiguos sumerios.

Botella Mohou

En Tapeo Mahou| La cerveza: primera bebida fermentada que conoció la humanidad (Parte I) Foto| Miguel Ángel García Foto| Manuel Martín Vicente

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