Hace ya un año decidimos comprar un wok. A pesar de no tener experiencia en el uso de este utensilio, decidimos aprender.
No entendíamos el por qué de la singular forma del wok, y es que estaba pensado exclusivamente para los fogones chinos, ya que estos son de unas características especiales, además, gracias al hierro fundido, el calor se reparte, cocinando por igual todos los alimentos.
Tiene una tapadera de cristal, que te permite ver mientras cocinas y una rejilla, muy útil para escurrir los alimentos cocinados y mantenerlos calientes. Los hay de varios tipos, tamaños y materiales, pero el que mejor servicio da y mayor durabilidad proporciona es el de hierro fundido.
En el wok podemos preparar los alimentos de diversas maneras al vapor, fritos, estofados, etc. Con este utensilio cocinamos de una manera muy sana, prácticamente sin grasas. Los salteados de verduras no salen como en las sartenes tradicionales, quedan crujientes y manteniendo el sabor de los alimentos.
Antes de introducir los ingredientes a cocinar, debes poner un poco de aceite y dejar que se caliente hasta que empieze a humear, después, vierte los alimentos, y entonces no debes dejar de remover. Para limpiarlo una vez se ha cocinado basta con agua caliente y secarlo bien, ya que no se pega nada en el wok. Antes de guardarlo es recomendable pasarle papel de cocina impregnado en aceite.
Para una dieta sana y equilibrada, además de sabrosa, igual que me lo recomendaron, yo también lo recomiendo después de haberlo probado y constatado sus ventajas.
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