Estos son los once utensilios de cocina que me encantaría que me regalaran mis hijos en el Día de la Madre

El Día de la Madre está a la vuelta de la esquina y, como es costumbre, vamos con nuestra lista de sugerencias para inspirar a quienes andáis cortos de ideas. Esta vez desde otro prisma. Con propuestas de utensilios prácticos que a una servidora, como cocinillas y madre que es, le gustaría que me regalaran mis hijos.

Algunos de estos gadgets viven en mi cocina desde hace tiempo, pero son básicos tan imprescindibles en mi día a día que merecen un lugar en esta selección. Si no los tuviera, estarían en mi lista de deseos para el Día de la Madre. Sin la menor duda.

Básicos imprescindibles

Un juego de cuchillos es mi primer básico imprescindible. Quizás sea un trauma de la infancia (en casa de mis padres los cuchillos buenos y afilados brillaban por su ausencia), pero funcionar sin ellos me resulta muy duro. Merece la pena hacerse con un buen set porque durará toda la vida y terminará siendo una inversión, que no un gasto.

Si lo completamos con una chaira, un afilador o una piedra para mantenerlos en perfecto estado de revista. Porque cocinar con un cuchillo bien afilado es un auténtico placer y, al contrario de lo que muchos puedan pensar, mucho más seguro.

Entre mis básicos imprescindibles se encuentra también una cazuela que pueda pasar de los fogones al horno. Un utensilio la mar de versátil en el que se pueden cocinar prácticamente de todo. Desde arroces hasta legumbres, pasando por verduras, pescados, carnes incluso pasteles y otros postres.

La oferta es amplia, al igual que sus calidades y precios. Entre mis favoritas se encuentra cualquier pieza de Le Creusset, pero si el presupuesto es limitado existen otras opciones. De la marca BRA es esta cazuela alta de 28 centímetros (hay otros tamaños) muy funcional, elegante y más ajustada de precio, con agarraderas de silicona, tapa transparante y apta para el horno.

Es útil contar con cuencos mezcladores de varios tamaños. El acero inoxidable es muy práctico y ligero, y los que llevan silicona en la base y se agarran bien a la superficie de trabajo son una gozada. Pero los de cerámica me tienen robado el corazón y, si contara con espacio en mi cocina, no dudaría un segundo en tener un set enterito.

Hace un tiempo escribía sobre los errores más comunes que ya no cometo al hacer tartas, algo que puedo extrapolar al mundo de la cocina. Uno de ellos fue, durante muchos años, calcular los ingredientes a ojo. Pero cuando la balanza de cocina entró en mi vida no volví a mirar atrás. Especialmente la de precisión, para pequeños pesajes.

Lejos de lo que pueda parecer. Este último gadget me resulta imprescindible en pastelería y en panadería. Las básculas grandes son incapaces de pesar (por poner un ejemplo) los tres gramos de levadura seca de panadería que puede requerir un pan y pasarse con este ingrediente puede llevar a la ruina nuestra deseada hogaza.

Caprichos igualmente útiles

Ahora que me ha dado por hacer pan como una posesa -¿alguien más en la sala?- quizás sea el momento de dejar ver a mis hijos lo bien que vendría hacer hueco en la cocina para un set de panadería con sus bannetones, su cuchilla, su rasqueta y demás. Panes perfectos saliendo de mi horno, todo un sueño.

Ya que estoy soñando, voy a continuar con la lista de utensilios que me encantaría tener en casa y me gustaría que me regalaran el Día de la Madre. No le haría feos a ningún molde para bundt cake de Nordicaware, pero el modelo clásico Anniversary me resulta elegante y tremendamente atractivo. De mis favoritos.

¿Y para enfriar los bundt en condiciones? Algo que no tengo y que me resulta imperdonable, pues es uno de los básicos más básicos, ¡una rejilla metálica enfriadora! Preferiblemente de múltiples pisos, por si me pongo a hacer galletas y pasteles en grandes cantidades. Esenciales para que estos enfríen como está mandado y las bases no queden húmedas.

Una de mis fantasías confesables es contar con un espacio enorme en el que poder tener todos estos utensilios y más. Una mega cocina con una isla en el centro y un robot de cocina o amasadora KitchenAid que me haga la vida más fácil. En el que poder amasar, mezclar, montar y mucho más. Y, ya puestos, con sus accesorios para picar carne, para hacer pasta, para rebanar, etc.

Ya sé que utensilio de cocina, lo que se dice utensilio de cocina, no es. Pero es que yo no puedo cocinar sin delantal. Es lo primero que le planto cuando entro por la puerta de casa, así que tenía que entrar en esta selección sí o sí. Siempre he encontrado muy cómodos los que tienen forma de vestido. Son holgados, con bolsillos grandes y muy bonitos.

Creo que le van al pelo a mi inalcanzable cocina de ensueño. Aunque yo, sinceramente, me conformo con un bonito delantal o, simplemente, con disfrutar de mis hijos y el resto de la familia en el Día de la Madre.

Fotos | iStock y Pixabay
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