Recientemente he decidido cambiar mi cocina habitual por una cocina de inducción. He tenido de todo, menos de carbón. De gas, vitrocerámica, y ahora voy a poder disfrutar de una de inducción. He estado investigando sobre ventajas, desventajas, y consumos energéticos y características generales, y las voy a compartir con vosotros en este post, por si os pueden ser de utilidad en el futuro, para elegir por un modelo u otro de cocina.
Sinceramente, las cocinas de gas con llama, seguro que son más apreciadas por los cocineros profesionales, o por los cocinillas más avanzados, pero son un engorro a la hora de limpiar. Aunque ya hay modelos más fáciles de limpiar, tener que lidiar con los quemadores, rejillas y demás, es tedioso. Eso sí, parece que las cocinas de gas pueden ser las más económicas en lo que economía se refiere. Otra cosa es su impacto en el CO2, que como ya comentamos, depende mucho de dónde provenga la energía. Nuestro país no está mal en renovables, y tenemos un porcentaje importante de energía nuclear, que no generan casi CO2. Por tanto, una cocina eléctrica, puede ser más respetuosa con el medio ambiente, que una de gas.
Luego están las vitrocerámicas. La he utilizado durante 6 años y no me puedo quejar. Bueno sí, me quejo porque su consumo de energía es muy alto. Hace tiempo adquirí un aparato para medir el consumo de energía en mi hogar (efergy), y pude comprobar que encender la vitro consume mucha energía. Un solo fuego mediano, puede llegar a los 2200 kW. Teniendo en cuenta que pueden estar encendidos durante bastante tiempo a lo largo del año, podemos estar hablando de un dinero apreciable.
Las placas de inducción. Cómo funcionan
Su principio de funcionamiento está, como no podía ser menos, directamente relacionado con su nombre, la inducción. La inducción consiste en la generación de un campo magnético, que por sí mismo, no genera calor, pero que en contacto con un recipiente metálico, hace que este se caliente, y por tanto que caliente los alimentos. Este principio, conocido como ley de Faraday (quien descubrió e investigó este fenómeno), hace que sean más eficiente energéticamente que otros tipos de cocina, y por tanto, que nos permitan ahorrar energía y dinero.
Si tenéis curiosidad por ver un experimento práctico de este fenómeno, os recomiendo ver este vídeo:
Puesto que solo calientan el recipiente, es posible colocar un papel o un trapo entre el recipiente y la propia placa y este no se calentará. Bien, corrijo, sí se calentará, pero será por el calor que le transfiera el propio recipiente y su contenido. Es decir, no experimentéis mucho con esto en casa :) Esto hace que sean mucho más fáciles de limpiar, ya que no hay que esperar tanto a que se enfríen y por tanto los restos de comida, no se quedarán pegados con tanta facilidad.
En cuanto al ahorro potencial, todo depende de los precios de electricidad, gas, etc... pero lo que sí está claro es que superan con mucho a las placas vitrocerámicas y que por comodidad a la hora de limpiar, superan con creces a las cocinas de gas. ¿Qué opináis vosotros? ¿Cuáles son vuestras experiencias?
Imágenes | Por CoffeeGeek En Directo al paladar | ¿Te preocupa el medio ambiente? Presta atención primero a cómo hierves el agua En Directo al paladar | Inducción, vitrocerámica o gas, ¿Cuál preferís para cocinar?
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