Los microondas, su ciencia, sus usos y su ¿utilidad?

Hace ya más de dos años que no tengo microondas en casa, y no lo echo de menos. La verdad es que se nos estropeó el que teníamos, y decidimos aprovechar el espacio para otros usos. Al fin y al cabo, un microondas ocupa bastante espacio en una cocina.

La cuestión es, como con la Thermomix, ¿hasta qué punto merece la pena tener microondas?

Cómo funciona un microondas

Las microondas son un tipo de radiación no ionizante (importante), que hacen que las moléculas que tienen dos polos eléctricos puedan girar. Este giro se produce en el momento que las microondas tocan las moléculas. Estos giros generan energía y con ello calor, conocido como calentamiento dieléctrico.

Este fenómeno físico es más acusado en moléculas con mucha polaridad, se decir, con un polo negativo y otro positivo fuerte. Por ejemplo, el agua tiene mucha polaridad, y es por este motivo por el que los microondas calientan muy bien el agua, o alimentos con una elevada proporción de agua. No ocurre lo mismo con las grasas o las proteínas. Su origen es una consecuencia directa de la aplicación civil a la cocina de un invento militar como el Radar.

El problema de los microondas es que nunca lograr calentar la comida hasta un punto lo suficientemente alto como producir las reacciones químicas más interesantes en la cocina. Eso hace que su uso se limite, principalmente, a calentar sobras, o líquidos.

Efectos en la salud y los alimentos

El mayor riesgo de los microondas se puede producir al calentar aguar u otro líquido. En algunos casos, el exceso de calor, no se disipa en forma de burbujas y se queda en el líquido. Al sacar el recipiente, y entrar en contacto con el aire más frío, el líquido puede soltar el calor de golpe, y "explotar", con el consiguiente peligro de quemaduras. Es por ello, que no es muy aconsejable cocer agua en el microondas, o si se hace, poner algún utensilio no metálico que absorba el calor y evite este fenómeno.

Las microondas en sí, también podrían suponer un riesgo sobre nuestros tejidos, pero los diseños de los aparatos, exigen mecanismos de aislamiento y que eviten la emisión de microondas si la puerta está abierta. Además, los tiempos de exposición son relativamente corto, por el propio uso que le damos. Aun así, si el microondas es viejo, conviene mantener alejados a los más pequeños por posibles fugas, aunque el riesgo sea muy bajo.

Hay que señalar, que la radiación de los microondas es "no ionizante" y que su poder de producir mutaciones en nuestro ADN, y con ello un posible cáncer, es bajo.

En cuanto a los alimentos, depende. Todos los alimentos pierden algunos nutrientes al cocinarlos, pero también es cierto que si no los cocinamos, muchos no los podríamos comer o asimilar. Últimamente, se venden bolsas de verduras para hacer en microondas, que teóricamente podrían preservar mejor las propiedades. No obstante, hay nutrientes, como la vitamina B12 a los que les afectan las microondas, mientras que alimentos como el Brócoli, sufren menos pérdida de nutrientes.

¿Merece la pena el microondas?

Yo diría que en un centro de trabajo, con cocina o comedor, son casi obligatorios. Así como en un restaurante o en un bar. Ahora bien, en una casa puede ser prescindible, sobre todo si te cocinas a día tu comida.

En mi caso, su función quedó relegada a calentar leche o agua. Y cuando mis hijas dejaron de tomar biberones, su uso se redujo aún más. Tras dos años sin tener uno, la verdad es que no lo he echado en falta, y sí que he podido ganar espacio en mi cocina para otros cacharros.

En cuanto a su uso culinario, sí que experimenté para hacer bacon, porque con las grasas sí que se consigue la reacción de Maillard en el microondas, e hice alguna vez patatas para la tortilla. Pero fuera de eso, poco más.

¿Y vosotros, podéis vivir sin microondas?

Imágenes | Por EduDori&Co ,Por En Directo al paladar | ¿Sabemos utilizar correctamente el microondas? En Directo al paladar | ¿Cómo cocinan los hornos microondas?

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