Pasta que no se come

Aún reconociendo que la relación de este artilugio con la gastronomía es muy tangencial, no me he podido resistir a "exhibirlo" aquí. De todos es sabido el dicho ese de "la comida entra por los ojos", pues el diseñador Keith Mascheroni ha ido más allá, y parece que ha decidido que si determinadas formas y colores son buenas para despertar nuestras ganas de comer, también pueden servir para otras cosas.

Está piezas de poliuretano con formas de pasta no parecen tener mayor utilidad que flotar en una piscina o decorar un rincón de nuestro loft, si verderamente somos gente cool, pero eso sí, son bonitas y a mí me está entrando hambre.

Vía | Cocinalia Más información | keith-m.com

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