Las placas de inducción están a la orden del día en las cocinas de los hogares españoles y, acompañando a esta forma de cocinar tan cómoda y segura, la industria ofrece una batería muy completa de ollas, sartenes y cazos adaptados a esta tecnología.
Para un buen uso y correcto funcionamiento de las placas de inducción, es necesario saber diferenciarlas y entender qué símbolos y normas son los que mandan en este tipo de cocina.
En realidad se trata de una distinción bastante sencilla por la que solo hay que preocuparse una vez antes de interiorizar el símbolo que abrirá para siempre las compuertas al uso de estas ollas, sartenes y cazos.
Para comprender el funcionamiento de esta tecnología es importante saber que la placa cuenta con unas bobinas eléctricas, de manera que el utensilio empleado para cocinar debe contar con una base magnética para que, a través de las bobinas, se genere un campo magnético.
Es gracias a este proceso físico que se calentarán los materiales con capacidades magnéticas: en este caso, la olla, sartén, cazo o paella y lo que esta contenga en su interior.
Si el equipo usado no es apto, lo que sucederá será que el utensilio elegido no se calentará al carecer de esa base magnética que, de algún modo, lo conecta con la bobina presente en la placa.
Un único símbolo
El símbolo en cuestión consiste en una evocación del icónico cable de cobre enrollado en forma de bobina, ilustrado de una manera simple y sencilla.
Este logo se encuentra en el reverso del utensilio, aparte de figurar en el embalaje y en las instrucciones. Sin embargo, es importante saber que si la olla es antigua, el logo puede no figurar en ningún lado porque antes no constaban estas indicaciones.
Aparte, gracias a la tecnología desarrollada por los fabricantes hoy en día, algunas placas incluyen la función de asegurarse de que el recipiente con el que se va a cocinar es apto.
Por ejemplo, los fabricantes de placas Balay incorporan la funcionalidad ‘Comprobar recipiente’. Basta con colocarlo sobre la placa con un poco de agua y activar la opción desde los ajustes.
Usar un imán
Otro modo menos ortodoxo de saber si una olla sirve para la placa de inducción que se va a usar es probar con un imán, incluso si este es de nevera.
De ese modo se podrá comprobar en unos segundos si la base de la sartén tiene esa capacidad de conectar con la placa. Si el imán simplemente no se pega a la base del cazo, entonces, hay que cambiar de utensilio claramente.
Otro método poco ortodoxo, pero eficaz, es probar directamente con el utensilio sobre la placa. Si este no cuenta con este imantado en su base, la placa directamente no se encenderá al no detectar ninguna base ferrosa a la que traspasarle la energía.
Inducción sí, gas también
Dicho esto, las ollas de inducción se pueden usar perfectamente para las vitrocerámicas de toda la vida. “Desde el momento que cuentas con un menaje apto (es decir, una batería de cocina para inducción) ya no debes preocuparte de nada, porque servirán sin problemas para una vitro”, explican desde el espacio de consejos de Balay.
Asimismo, estas mismas ollas también sirven para cocinar con gas, y “nunca son incompatibles con el resto de placas ya que existían antes que ellas”, celebran. Ahora bien, en ese caso es importante tener en cuenta algo importante.
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El consejo más importante es que, si se usa una olla de inducción en una placa de gas, hay que tener presente que el calor se transmite más deprisa en éstas, de modo que habrá que bajar el fuego a un nivel inferior a lo habitual.
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Fotos: Lazy_Bear/Pexels, Anna Tarazevich/Pexels, Balay y Cottonbro Studio.