Sigue siendo, a día de hoy, el establecimiento de referencia de la provincia de Guadalajara. Su ubicación es sencilla, situado en Guadalajara por la N-II dirección Zaragoza y saliendo en la salida de Sacedón, sólo tenemos que hacer la rotonda a la izquierda y buscar un chalet en la calle que cogemos tras la maniobra.
A partir de ahí, Jesús Velasco, alma mater del restaurante, nos pone al día de su cocina. Enmarcado en una decoración moderna y muy agradable dedicada al pasodoble que da nombre al local, existe la posibilidad de comer de carta un delicioso carpaccio de matanza y una perdiz o bien un tostón en su punto.
Además, existe la posibilidad de elegir y en su caso, "negociar", el menú gastronómico: más de media docena de platos que se pueden salir de lo escrito en el menú a gusto del comensal. De aperitivo, una anchoa marinada da paso a un estupendo gazpacho de Buey de mar, un crujiente con bechamel de espinaca y langostino, unos chipirones con tallarines y almendras y un guiso de fideos y garbanzos muy sabroso.
El taquito de atún con ali-oli de ajos fritos sirve de enlace con las carnes, bien el solomillo con foie y pimienta, bien el morcillo estofado; un perfecto colofón.
A continuación, un postre digestivo de albahaca y otros dos con base en el chocolate para terminar la fiesta.
La carta de vinos, aunque quizá algo conservadora, es abundante y rebosa calidad: más que suficiente para aquel que no esté buscando un vino raro o muy específico.
Un restaurante, en definitiva, con una cocina con fuerte base en la cocina tradicional y clásica y a la que con mucho sentido común se le van incorporando ingredientes y técnicas nuevas sin prisa pero sin pausa.
Una buena recomendación que al comensal le puede salir, sin vino, por unos cincuenta euros por cabeza.
Mas Información l Amparito Roca