Descuentos en restaurantes por dejar el móvil fuera

Aún recuerdo cuando mis padres enfurecían al vernos sacar lo móviles en la mesa hará ya más de una década (mi primer móvil lo compré en pesetas). Hoy en día es algo habitual tanto en casa como al salir a comer por ahí; para muchos una falta de educación, hasta el punto de que ya han aparecido restaurantes que ofrecen descuentos a aquellos que dejen el móvil en la puerta.

Así, por ejemplo, el Restaurante Eva en el Bulevar Beverly de Los Ángeles, ofrece un descuento del 5% en la factura si dejas el móvil en el guardarropa. Su dueño, Mark Gold, asegura que su intención es reducir las distracciones en la mesa al mínimo.

La verdad es que razón no le falta al chef Gold, el móvil no sólo puede ser molesto para otros comensales, sino que puede convertir la experiencia en algo completamente diferente a lo que el restaurador tenía pensado. Y es que es cada vez más normal que nos pasemos más tiempo haciendo fotos y tuiteando lo que comemos que disfrutando de la cena que con tanto esmero nos han preparado.

En palabras del propio Mike a la cadena de radio KPCC:

Para nosotros, no es tanto que la gente pueda molestar a otros comensales. Eva es casa, y queremos un ambiente familiar, en el que la gente pueda volver a conectar. Va sobre dos personas sentándose juntas y simplemente conectando, sin la distracción del teléfono, y estamos intentando crear un ambiente en el que entres y disfrutes de la experiencia de la comida y la compañía.

De momento, su iniciativa está teniendo bastante aceptación, y más o menos la mitad de los clientes se olvidan de sus teléfonos móviles durante la cena a cambio del pequeño descuento en el precio, que no llega a cubrir ni la mitad de las propinas habituales en Estados Unidos.

En el otro lado de la balanza, encontramos los restaurantes que, lejos de renegar de la tecnología, han decidido incorporarla definitivamente a su entorno, desde los que utilizan iPads como cartas a los que van un paso más allá y ofrecen cartas virtuales que nos permiten hacernos una rápida idea de lo que vamos a degustar, o si no el cada vez más habitual Wifi gratis.

Sin duda, es un tema peliagudo. Por un lado, me encanta hacer fotos de la comida y compartir la experiencia con mis seguidores, pero por el otro, no me gusta demasiado cuando el resto de comensales también lo hacen y la verdad es que tampoco presto mucha atención a lo que la gente que sigo publica sobre lo que come.

De hecho, las veces que he optado por dejar el móvil en casa, o que se había quedado sin batería, he disfrutado más de la comida y la conversación, sin tener que estar pendiente del móvil a cada rato. Así que es probable que si una iniciativa así llegara a nuestro país, la aceptaría de buena gana.

Fotos | Leyla.a, Quinn Anya y Per Olof Forsberg en Flickr
Vía | LA Times
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