Hacía mucho tiempo que tenía ganas de visitar el Pato Laqueado, un restaurante chino de la zona oeste de Madrid. Situado en una agradable y elitista urbanización, los constantes comentarios sobre su plato estrella, el pato laqueado que da nombre al establecimiento, y su buen nivel en general, llamaron mi atención hace tiempo, y la semana pasada por fin me decidí a visitarlo; no hay nada mejor que conocer los lugares para formarse una opinión propia.
Y la mía, difiere bastante de las escuchadas hasta ahora en torno a este restaurante, aquellas que lo ensalzaban como un restaurante chino con un valor añadido, y la verdad, no pude encontrar nada que lo diferenciara de los muchos restaurantes de comida china que he conocido en mi vida. Una cocina normal, un servicio normal, y un comedor normal, con una decoración un tanto kitsch.
Si no hubiera esperado tanto de esta visita, mi crónica parecería más positiva, porque realmente, en el Pato Laqueado no se come mal, se come como en muchos otros lugares que no merecen tanto elogio. Pero basta ya de elucubraciones y vamos a hincar el diente al menú que degustamos.
Adjunto a la carta encontramos un díptico dedicado a aperitivos chinos, con imágenes y descripción, que facilitaba la elección. Mi acompañante y yo nos decantamos por el sau mai cuatro estaciones y el sau mai de arroz. El primero nos gustó mucho, con un sabor muy puro y una textura muy agradable, servido en su punto y bien caliente. El sau mai de arroz estaba rico pero no destacaba tanto.
Compartimos como entrante una tempura de verduras, que estaba muy buena, con la verdura variada y cortada en grandes trozos, sabrosa y en un buen punto de fritura. Todos los platos que llegaban a la mesa reposaban sobre un largo calienta-platos de metal alimentado por dos velas de te, en un esfuerzo por mantener la comida a buena temperatura.
Pedimos también pan chino, que si bien no estaba tan aceitoso como suele ser costumbre, tenía una textura un tanto correosa y seca que no lo hacía agradable de comer.
Como plato principal pedimos pato laqueado, era obligado probarlo. La puesta en escena es bastante aparatosa, el pato llega entero en una gran bandeja que se acomoda en una mesa auxiliar. Allí, el cocinero va fileteándolo con buen tino y un afilado cuchillo que maneja con soltura, y deposita las lonchas en un plato. Una vez realizada la operación, el plato llega a la mesa junto a las obleas, los bastones de verdura y la salsa hoisin.
Una vez compuesto el rollo como es tradicional, descubrimos que la carne estaba buena y muy tierna, pero la piel no estaba crujiente, como hemos probado en otras ocasiones. Las obleas aparecían entre duras y gomosas, y las verduras cortadas en bastones demasiado grandes, lo que hacía que resultara difícil de comer. La salsa hoisin estaba muy buena, superior a otras probadas, pero el conjunto resultaba pobre y la experiencia no fue buena.
Mientras comíamos el pato laqueado llegó un plato de carne rehogada con verduras que resultó estar hecho con la carne que había quedado del pato. Estaba rico y compensaba un poco la decepción del plato principal.
La carta de postres era el típico tríptico de postres helados industriales a todo color, aunque en un lateral descubrimos las especialidades de la casa, en una carta de sugerencias bastante extensa de la que rescatamos unos crepes crujientes rellenos de plátano con caramelo, que se dejaban comer con alegría.
La cuenta final, con tres bebidas y dos cafés sumaba 35 euros por persona, algo caro para un restaurante chino, pero hay que tener en cuenta que aunque no nos pareciera un gran plato, entre las dos nos habíamos ventilado un pato entero, y eso amigos, tiene un precio: 26,95 euros exactamente, el plato más caro de la comida con diferencia.
Pato Laqueado
Restaurante chino 91 7155477 Centro Comercial Monteclaro Carretera M-515 km, 2,600 Pozuelo de Alarcón Madrid
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