España es ya el quinto país del mundo con más casos de coronavirus confirmados y Madrid concentra la mitad de estos. Ante este escenario, las autoridades sanitarias piden a la ciudadanía, especiamente en las zonas de riesgo, que extremen las medidas de seguridad y, en la medida de lo posible, eviten desplazamientos innecesarios.
Aunque no se ha pedido el cierre de bares y restaurantes, e incluso la Federación de Cocineros y Reposteros de España ha enviado hoy un comunicado en el que asegura que es seguro comer fuera de casa, lo cierto es que muchos establecimientos están bajando la persiana de motu propio y las cancelaciones de mesas están siendo masivas. Solo hay una pata del negocio que, de momento, podría seguir funcionando a pleno rendimiento: el envío de comida a domicilio.
En Italia, donde alcanzaron una situación de contagio similar a la que vive hoy España hace una semana, los bares y restaurantes han seguido operando hasta ayer, cuando se decretó su cierre total. Durante la pasada semana han abierto solo de las 06:00 a las 18:00 y siempre que garantizaran, so pena de una importante multa, que los grupos de clientes estuvieran separados por al menos un metro de distancia. Sin embargo, los servicios de comida a domicilio han estado funcionando todo el rato, también ahora: no se puede entrar en restaurantes, para evitar aglomeraciones, pero sus cocinas pueden seguir trabajando para servir comida para llevar o a domicilio.
Como nos explicaba esta semana José Luis Yzuel, presidente de la Confederación Española de Hostelería, solo un pequeño porcentaje de los 315.000 restaurantes que hay en España sirven comida a domicilio, pero en ciudades como Madrid esta opción puede ser la tabla de salvación de muchos establecimientos.
Las empresas están preparadas
Hemos hablado con las principales compañías de reparto y gestión de pedidos de comida a domicilio (Deliveroo, Just Eat y Uber Eats) y todas afirman que siguen trabajando a pleno rendimiento, aunque han pedido a sus repartidores que tomen precauciones especiales.
Como apunta Carolina Pérez, directora de comunicación de Deliveroo, hasta el momento no se ha notado ningún pico inusual en la demanda de comida a domicilio, pero no descartan que pueda producirse: “Estamos viendo comportamientos impredecibles. No sabemos si a al gente le va a dar por cocinar, por pedir comida o ir al campo. No sabemos qué va a pasar. Lo que estamos haciendo es tomar todas las medidas. Tenemos todo un equipo dedicado al covid19. Está todo súper protocolizado para, en el caso de que haya cualquier incidencia, actuar con rapidez y minimizar los riesgos. Nos adaptaremos a la demanda. Si la demanda se dispara intentaremos cubrirla”.
Lo que parece seguro es que, aunque se cierren algunos restaurantes, con las debidas medidas de seguridad, y siempre que no haya contagios, la actividad de reparto se puede realizar con relativa normalidad. Los repartidores trabajan de forma individual y, aunque entran en contacto con los trabajadores de los restaurantes, este se limita a recoger el pedido.
Hay que tener en cuenta, además, que como han repetido todas las autoridades sanitarias, el virus en ningún caso se transmite a través de la comida: se propaga principalmente al inhalar las gotitas de saliva presentes en el aire cuando una persona tose, estornuda o exhala.
Todas las aplicaciones dan la opción de que el repartidor deje la comida en la puerta, sin necesidad siquiera de entregarla en mano. Es un servicio que Uber Eats tenía ya implementado con anterioridad al estallido de esta crisis, pero que el resto de compañías puede realizar si se especifica en los comentarios relativos al pedido. Esta es, desde el punto de vista sanitario, la mejor opción para evitar posibles contagios, tanto para los consumidores como para los repartidores.
Protección de los repartidores
Podemos tener la duda moral, sobre si es correcto pedir a un repartidor que traiga la comida que tu no quieres ir a buscar. Es un dilema complejo. Como apunta Arielle Pardes en Wired, los repartidores están expuestos a más riesgos que si se quedaran en casa, pero a diferencia de otros trabajadores que cuentan con un contrato, la mayoría de riders no cobran si no tienen pedidos.
Disney+ durante un año, oferta de lanzamiento
“El problema fundamental con estos trabajadores es que, en un momento como este, no tienen nada a lo que recurrir”, explica en este artículo Saru Jayaraman, director del Food Labor Research de la universidad de Berkeley. “No hacer pedidos perjudica a los trabajadores”.
Otros expertos opinan todo lo contrario. Es el caso de la economista italiana Marta Fana, que ha entrevistado Ignacio Pato para La Marea. En su opinión, “los riders son trabajadores autónomos para las plataformas, que así alegan no tener ninguna responsabilidad sobre ellos”. Y pide “no comprar ni pedir online”, pues “se puede hacer la compra y no poner en riesgo a estos trabajadores”.
Conscientes de la polémica que rodea a la relación laboral que Uber Eats y Deliveroo mantienen con sus repartidores (Just Eat no cuenta con repartidores propios), ambas empresas han comunicado que darán apoyo financiero durante dos semanas a los repartidores que tengan que quedarse en casa por contagio o cuarentena.
Imágenes | iStock
En Directo al Paladar | Llega a España la app para comprar la comida que sobra en restaurantes y tiendas
En Directo al Paladar | Comida casera a domicilio: el sustituto moderno de los tápers de mamá
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios