Esta comarca a dos horas de Barcelona está considerada la Toscana española (y es la escapada perfecta)

Cuando los paisajes mil veces vistos de la Toscana se vienen a nuestra mente pensamos en cipreses, trigales, olivos y viñas. Pues bien, no hace falta irse a Italia para disfrutar de estos paisajes de ensueño.

A apenas dos horas de Barcelona, el Empordà (Ampurdán, en castellano), es la escapada que tu primavera necesita para recorrer pueblos llenos de encanto medieval, para descubrir una cultura olivarera de primer orden o para gozar con algunos de los grandes vinos de la zona en este par de comarcas en el nordeste de Girona, limítrofes con Francia y con el mar Mediterráneo.

También para disfrutar de una zona famosa por sus arroces y, cómo no, para hacer escapadas a su delicioso litoral. La Costa Brava se convierte así en el imán con el que Girona atrae al Empordà.

Puede que llegues aquí por las playas, pero una vez que descubras también su encantador interior comprenderás que hay toda una vida más allá en la Toscana española donde el placer está a cada lado que mires.

Un Empordà por duplicado

Pals, uno de los pueblos más bonitos de L'Empordà

Dos caminos para gozar del Empordà espera, pues encontramos tanto el Alt Empordà como el Baix Empordà, convertidos en dos comarcas distintas pero que naturalmente tienen muchos nexos de unión en esta frontera que España marca con Francia.

Forjado entre pueblos de pescadores y también de payeses, el Empordà presenta pueblos de interior donde el tiempo parece haberse detenido en la Edad Media, con empedrados como los que se encuentra en Pals o los que esperan en La Bisbal d'Empordà.

Vista de Cadaqués

También, como es lógico, el mar manda. Pueblos como Cadaqués, Roses o Calella de Palafrugell son el testimonio azul de una vida marinera que se viste de blancos y añiles y sorprenden aún hoy con su estética de pueblos de pescadores.

No menos relevante es hacer un alto en Figueres, la ciudad natal de Salvador Dalí, genio del surrealismo y uno de los más grandes exponentes del arte español. Aquí espera el Museo Dalí, donde se encuentran la mayor parte de sus obras. Eso no quita que Figueres sea solo Dalí, claro, pues el Castillo de San Fernando o la iglesia de Sant Pere

Un Empordà más que sabroso

Vista de las llanuras del Empordà. ©Turisme Empordà.

El Empordà no es solo famoso por sus vinos, lo cual amerita el concepto de Toscana española, sino también por sus huertas, donde es habitual encontrar berenjenas, cebollas o el famoso pimiento bitxo, una particularidad de la zona.

Sin embargo y aunque mucha gente lo desconozca, uno de los tesoros más apreciado del Ampurdán es el arroz de Pals, ya que en esta pequeña localidad se elaboran algunos de los mejores arroces de todo el país. También hablamos de una zona que se ha hecho internacionalmente conocida por las gambas rojas, con especial fama las de Palamós.

El aceite de L'Empordà tiene mucha fama.

El mar también ofrece algunas de las anchoas en salazón más cotizadas de España, como son las anchoas de L'Escala, que comparten telón a menudo con una tradición chacinera donde las butifarras, los bulls y otros embutidos catalanes son especialmente famosos.

Todo ello redondeado por la omnipresencia del aceite de oliva virgen extra, que cuenta con la DOP Aceite de L'Empordà/Oli de l'Empordà, especialmente los que se elaboran con las variedades argudell, la corivell o la verdal, y arbequina, que son perfectos para hacer un pantumaca con tomate de pera y de pan de la Tramontana.

Imágenes | iStock / Empordà Turisme

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