Este jubilado es la persona que más viaja del mundo: lleva “40 millones de kilómetros y subiendo” gracias a un billete de avión vitalicio

Tom Stuker es poseedor desde los años 90 del pasado siglo de un billete infinito de United Airlines. Ha cogido más de 12.000 vuelos

Tom Stuker
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Al estadounidense Tom Stuker le gusta presentarse como “el viajero frecuente número uno del mundo”.  Y es que este jubilado se pasa el día recorriendo el mundo a bordo de la flota de United Airlines, con la que ha tomado ya más de 12.000 vuelos.

Su historia es particular. En 1990 United Airlines lanzó una promoción ofreciendo un billete vitalicio para todos los vuelos de su aerolínea. No fue la única, también lo hizo American Airlines.

La idea surgió como una medida urgente de las aerolíneas para conseguir una gran cantidad de efectivo rápida tras la crisis financiera que sufrieron algunas aerolíneas entre mediados de los 80 y los 90 como consecuencia de la Ley de desregularización de las líneas aéreas.

La oferta duró poco, en solo dos o tres años las aerolíneas dejaron de ofrecer este tipo de billetes, pero hay al menos unos 30 pasajeros que siguen gozando de ellos.

El precio del billete se calculaba en función de la edad de los usuarios y Stuker, que por entonces tenía solo 35 años y trabajaba como consultor de concesionarios de coches en Nueva Jersey, compró un billete de los caros: tuvo que desembolsar 290.000 dólares. Pero lo ha aprovechado de lo lindo.

El “viajero frecuente número uno” suma ya 70 primaveras y se ha convertido en el ser humano que más kilómetros ha volado en la historia. El pasado 19 de mayo de 2024 alcanzó los 24 millones de millas recorridas –casi 40 millones de kilómetros–. En total, ha cogido más de 12.000 vuelos y ha hecho más de 400 viajes a Australia.

Tom 2 El pasado año, Stuker celebró haber alcanzado los 24 millones de millas recorridas.
Un vistazo a…
Consejos para viajar seguro este verano

“La mejor inversión de mi vida”

290.000 dólares pueden parecer mucho dinero –te da, incluso, para comprarte un apartamento pequeñito en Madrid–, pero Stuker ha aprovechado su billete con creces.

2019, justo antes de que la pandemia le cortara las alas, fue el año en que más kilómetros hizo: un total de 373 viajes en los que se desplazó 2,3 millones de kilómetros. Si hubiera pagado todos estos viajes al contado habría tenido que desembolsar 2,44 millones de euros.

Pero es que, además, el billete vitalicio de United Airlines le da derecho a todas las ventajas del programa de fidelización. Stuker, claro está, tiene acceso a todas las zonas exclusivas de los aeropuertos, así que los 290.000 dólares invertidos le han servido no solo para viajar, sino también para pasarse el día comiendo gratis.

Además, ha acumulado miles de euros en tarjetas regalo, con las que, entre otras cosas, le ha pagado la reforma a su hermano o consiguió ganar una subasta para aparecer en un episodio de Seinfiled: se puede ver a Stuker en el capítulo en que la prometida de George Constanza se muere por lamer sobres.

Para Stuker está claro: “Comprar el billete ilimitado de United Airlines ha sido la mejor inversión de mi vida”

Tom Seinfield Stuker, en el fondo, detrás de una de las típicas novias de Jerry Seinfield.

Una vida dentro de un avión

Aunque ha pasado por más de 100 países, a Stuker no parece interesarle demasiado hacer turismo, si no más bien estar en el avión.

Se cuentan por centenares los reportajes que ha protagonizado en la prensa estadounidense en todos estos años, en los que se cuenta, por ejemplo, que una vez estuvo 12 días seguidos sin dormir en una cama. “Seguí viajando en avión desde Newark a San Francisco, de Bangkok a Dubai y viceversa, el equivalente a cuatro viajes alrededor del mundo, dejando el cielo sólo para la sala VIP del aeropuerto”, explicó al Washington Post.

Aunque aparentemente a United Airlines está perdiendo dinero con el billete de Stuker, su relación con su pasajero número uno es encomiable. Es una leyenda dentro de la compañía y, a la larga, a la empresa le viene bien a nivel reputacional.

A lo largo de los años, la aerolínea ha puesto su nombre en dos aviones, consultan con él los cambios en los menús y, si tiene que hacer alguna conexión complicada, hay un Mercedes esperándole en la puerta para llevarle al próximo avión.

Probablemente, Stuker esté ahora mismo comiendo cacahuetes y bebiendo champán en el asiento que utiliza siempre: el 1B de primera clase.

Imágenes | Tom Stuker

En DAP | Por qué el zumo de tomate nos gusta más a bordo de un avión que en tierra

En DAP | Ozempic no solo está dejando más flacos a los estadounidenses: también puede beneficiar a las aerolíneas

Inicio