Ha costado, pero la cocina mexicana está empezando a tener por fin buenos embajadores en Madrid. Restaurantes como Punto MX, con una estrella Michelín, han traído a la capital las creaciones más punteras de una de las gastronomías más efervescentes del mundo, y a su vez han abierto locales que, sin inventar la rueda, nos permiten por fin disfrutar de auténticos tacos, enchiladas y moles, de los que hasta hace muy poco solo existían copias de segunda.
A medio camino entre la oferta gourmet de Punto MX, y el espíritu de taquería callejera tradicional del que hacen gala excelentes locales como El Alamillo, Mi Ciudad o Takos al Pastor, se sitúa Mawey Taco Bar, que en solo unos meses está logrando colgar el cartel de lleno en todos sus servicios de cena.
El nuevo taco bar, situado en pleno barrio de Chamberí (al lado de la calle Fuencarral y la plaza de Olavide), combina la oferta tradicional de los restaurantes mexicanos con una sorprendente carta de tacos “de autor”, que es lo que realmente hace obligatoria la visita.
No en vano, sus propietarios Fernando Carrasco y Julián Barros tienen una dilatada carrera como cocineros; el primero en locales como Vintage, El escenario Teatriz y el propio Punto MX; y el segundo en restaurantes de la categoría de Zaranda y los parisinos Apicios y Le Grande Cascade.
Una evolución rápida y constante
Como ha explicado Carrasco a Directo al Paladar el restaurante empezó a operar a principios de año con una carta más clásica, pero eran las creaciones propias las que tenían mayor éxito y, desde entonces, se han ido incorporando más platos originales a un menú que cambia cada dos semanas.
En nuestra visita probamos, por ejemplo, unos tacos de cochinita pibil de libro, pero que quedaron ensombrecidos por lo que vendría después: un exquisito taco de pato con “mole mancha manteles”; el taco gobernador, recreación del clásico taco de gambas con queso oaxaca, polvo de kikos, lombarda encurtida, salsa de chili y una tortita de maíz azul; y el exquisito taco de oreja y sepia con salsa habanero, una creación original de la casa que es obligatorio ir a probar.
Los tacos, que se sirven en raciones de dos unidades, tienen un precio de en torno a 4 euros cada uno, lo que puede resultar caro, teniendo en cuenta que son bocados pequeños que asociamos a la comida callejera, por naturaleza barata. Pero estamos hablando de tacos con productos de primera, muy contundentes: con tres o cuatro sales cenado.
En la carta, además de los tacos, encontramos algunos clásicos de la cocina mexicana, como el omnipresente guacamole con totopos o los huevos rancheros, en este caso acompañados de picadillo ibérico. En nuestra visita probamos como entrante las rajas de poblano y jalapeño con tres quesos, un plato bastante picante, que da buena cuenta de que en Mawey no quieren dejar de lado una de las principales características de la gastronomía mexicana. Muchos platos pican como es debido, algo que en mi caso es de agradecer.
Buenos postres y cócteles
Sorprendente resulto también el postre que probamos, una tarta de lima y maracuyá con polvo de frambuesa, que tenía la textura de una buena tarta de queso, pero con el sabor de la fruta tropical. Buen trabajo teniendo en cuenta además que los restaurantes mexicanos no suelen caracterizarse por tener buenos dulces.
Completa la oferta del restaurante una alargada carta de cócteles, donde se ofrecen todo tipo de clásicos además de las obligatorias micheladas. Como explica Carrasco, los cócteles se ofrecieron solo como una opción más, en gran medida para ofertar la clásica Margarita, pero tuvieron un éxito enorme (quizás en parte por la ubicación del restaurante, en pleno meollo de la noche madrileña) y la carta se ha ido ampliando desde entonces.
El local cuenta además con dos zonas diferenciadas: una parte de barra con mesas altas en las que se puede cenar sin reservar (aunque hay que ir pronto, pues sobre todo en fines de semana se llena rápido) y una sala muy acogedora en la que sí es necesario avisar si se quiere tener mesa. La carta es muy similar en ambas zonas, aunque en la sala se ofrece algún que otro plato adicional.
Lo peor: para ser una taquería puede resultar cara.
Lo mejor: los tacos están buenísimos (al que algo quiere algo le cuesta), los postres sorprenden y el local es muy agradable.
Datos prácticos
Dónde: Calle de Olid, 6 (Madrid)
Precio medio: En torno a 25 euros.
Reservas: 91 011 71 03 y en su página web.
Cierra lunes y domingos noche.
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