Gastroguía de Cádiz: los mejores bares de tapas y restaurantes de la ciudad, a prueba de turistas

Cádiz capital es una ciudad peculiar. Su geografía –una isla que está, en realidad, unida a otra isla– ha configurado su historia y es imprescindible para entender su particular idiosincrasia.

La ‘tacita de plata’ siempre ha estado marcada por su estratégica situación militar y comercial: en la historia Antigua fue uno de los asentamientos más antiguos de Occidente y en la Contemporánea el único territorio que no lograron conquistar los franceses durante la Guerra de la Independencia.

En la actualidad, su condición prácticamente insular configura también el flujo de turistas. El centro histórico se llena de guiris cuando atraca en el puerto algún crucero; pero, para ser una ciudad tan atractiva, conserva una poderosa vida vecinal, lo que es muy de agradecer en el plano gastronómico. Las hordas de turistas atraviesan el centro histórico desde el puerto hasta la catedral, pero solo dos calles más allá hay bares de tapas a los que solo llegan los iniciados, algo impensable en otras ciudades.

Gracias a esto, Cádiz es una ciudad donde se come bueno, bonito y barato, ideal para salir de tapas y probar unas de las gastronomías más peculiares de Andalucía y toda España. De hecho, se come tan bien en bares y tabernas, que apenas hay restaurantes de precio elevado. Y ni falta que hace.

Cádiz es una ciudad muy turística, pero conserva su carácter.

Qué saber antes de salir de tapas

Como cualquier buena ciudad española, Cádiz está llena de bares, pero hay zonas donde su concentración es mayor: son típicos para tapear el barrio de La Viña –el barrio más humilde de la ciudad vieja, en pleno proceso de gentrificación–, el entorno del mercado y la plaza de la Candelaria y los alrededores de la Plaza de España y el Mentidero. En todos ellos hay bares muy recomendables.

Recuerda que, a diferencia de lo que ocurre en Andalucía Oriental, en Andalucía Occidental no es típico poner tapa con la consumición: hay que pedirla siempre aparte.

Casi todos los bares sirven tapas, medias raciones y raciones. Las medias raciones son el equivalente a las raciones más habituales del resto de España. Las raciones enteras son gigantescas, a lo gallego.

Estos son, hoy por hoy, nuestros bares y restaurantes favoritos. En la mayoría de los bares de tapas no se puede reservar, pero muchos se llenan, por lo que conviene ir a primera hora o a última si no se quiere esperar a que se libere algún hueco en la barra o mesas.

El mercado de abastos es el centro neurálgico de la ciudad.

Mercado, plaza de la Candelaria y alrededores

El mercado de abastos de Cádiz es el centro neurálgico de la vida de la ciudad. De un tiempo a esta parte, se ha llenado de puestos donde poder comprar comida para tomar allí.

Son famosos los chicharrones fritos de Curro, que despacha mil kilos de cerdo diarios. Si se te antoja algo de las paradas de producto fresco, en el bar El Carrusel (C/ Libertad 12-20) cocinan lo que quieras que hayas comprado.

Entre el mercado y la plaza de la Candelaria están algunos de los mejores bares para tapear de Cádiz.

Taberna La Manzanilla

Esta taberna es uno de los despachos de vino más emblemáticos de la ciudad. Inaugurada en 1932 es uno de los pocos ejemplos de bares que han sabido modernizarse sin perder ni un ápice de su identidad. No es un sitio para ir a comer. Solo se sirven vinos de Sanlúcar envejecidos en sus propias botas. Curiosamente, es uno de los pocos sitios de Cádiz en los que siempre ponen una tapa con la consumición: un platito de aceitunas. Es un lugar ideal para introducirse en el complejo mundo de los vinos del marco de Jerez: el personal siempre está dispuesto a explicar todo lo relativo a estos.

C/ Feduchy, 19

Bar El Laurel

Una tapa de papas con choco en El Laurel.

El Laurel es uno de los bares de tapas más queridos de Cádiz. Siempre hasta arriba, merece la pena acodarse en la barra o esperar a que te den una mesa para pedir cualquiera de las especialidades que tengan ese día, en una carta de tapas que cambia casi a diario. Todo está rico, aunque lo más destacable son los guisos caseros: albóndigas, carrilladas, papas con choco… Es típico también El Mesonero, una suerte de flamenquín cubierto con salsa barbacoa.

C. Obispo Urquinaona, 3

Bar Peña La Estrella

Muy próximo a El Laurel, en la plaza de la Candelaria, está el Bar Estrella, otra institución de Cádiz, de mismo espíritu y ambiente. Imprescindible pedir si tienen la ropa vieja, la carrillada o las albóndigas de choco. Es también muy buen sitio para comer montaditos.

Plaza de la Candelaria, 7

Mini Bar Cádiz

También muy cerca de la Plaza de la Candelaria está esté bar famoso entre los locales por servir uno de los mejores pescaditos fritos de la ciudad. Como los mejores bares de pescado, la carta se configura en el día en función de la pesca. No hay fallo.

C/ Dr. Dacarrete, 3

Taberna La Sorpresa

Aunque es en puridad una taberna, La Sorpresa es un bar de perfil más gastronómico, más caro, pero muy recomendable. Su especialidad es el atún rojo de almadraba, con el que preparan el mejor tartar de atún de la ciudad. También se sirve en forma de sashimi o carpaccio. También son muy notables los canapés y las salazones. Tienen vinos en bota. Se puede, y se aconseja, reservar.

C. Arbolí, 4.

Séptima Malta

Recomendable bar de una conocida saga de hosteleros gaditanos con buen producto y todas las tapas tradicionales de la zona. Los fines de semana hay, además, muy buen marisco. Entre las especialidades, no muy habituales en todos los bares, la pata de pulpo a la gaditana.

C. Fabio Rufino, 2

Plaza España y alrededores

Al entorno de la plaza de la Mina, la plaza de España y la plaza del Mentidero llegan muchos menos turistas que al resto de la ciudad de Cádiz. Quizás por ello, es una de las zonas preferidas para salir por los propios gaditanos.

Cádiz (Urban) (Guía Total - Urban - España)

La plaza del Mentidero se llena de terrazas en verano y, muchas noches, hay incluso conciertos de flamenco gratuito. Está bien para tomarse algo, pero los bares se centran más en el bebercio barato que en la buena comida: mejor evitarlo si lo que se quiere es comer bien.

Al margen de los bares de tapas, es también donde se concentra la vida nocturna de la ciudad y donde están situados los restaurantes de más nivel.

Bar Nono

Muy recomendable restaurante de tapas y raciones, que se llena hasta la bandera. Se ha trasladado recientemente a una nueva ubicación, pero la comida sigue siendo igual de buena. Excelentes frituras y ensaladillas. Además de los platos típicos, hacen a diario fueras de carta de todo tipo. Comida casera económica y reconfortante. Imprescindible reservar.

C. Valverde, 13

Ultramarinos El Veedor

En Cádiz eran muy típicos los colmados con tienda de ultramarinos y barra de los que hoy quedan muy pocos ejemplos. El Veedor es uno de ellos. Aunque ha sido modernizado, sigue fiel a la fórmula, con muy buenos productos y manzanillas y jereces directamente de la bota. Son famosos sus jamones, sus quesos o su carne mechada. También es uno de los pocos sitios de Cádiz en los que comer buena tortilla de patatas (las hacen, además, rellenas, al estilo cantábrico).

Calle Veedor esquina con Vea Murguía.

Bodeguita El Adobo

Muy cerca de la plaza de San Francisco está esta pequeña bodeguita que engaña por su apariencia. Aunque parece un bar de tapas pintoresco es en realidad uno de los restaurantes donde tienen mejor pescadito frito de Cádiz. Favorito de Ángel León, es algo más caro que lo estándar en Cádiz, pero resulta baratísimo para el gran producto que tienen (sales en torno a 20 euros persona). La carta se elabora diario con la pesca del día. Lo mejor es dejarse aconsejar y probar algunos pescados que no trabajan en los sitios más turísticos, como los plateritos o la morena adobada. La ensalada de tomate es sobresaliente. Imprescindible reservar. E ir.

C. Rosario, 4

Mesón Cumbres Mayores

Aunque en Cádiz reina el pescado, la provincia cuenta también con buenas carnes. Y, sin duda, el mejor lugar para disfrutar de ellas es el Mesón Cumbres Mayores. Este pintoresco restaurante, fundado en 1966, se llena hasta la bandera gracias a una abultada carta llena de especialidades regionales muy bien resueltas como el guarrito chico (el cochifrito andaluz), la berza, los chicharrones o sus famosas carrilladas. Tiene además una amplísima oferta de carnes ibéricas a la brasa. Se come genial por en torno a 30 euros por persona. Hay que reservar.

C/ Zorrilla, 4

Código de barra

El único restaurante con estrella Michelin de Cádiz se trasladó hace unos años de su antiguo local de la plaza de la Candelaria –donde ahora está el Bib Gourmand de los mismos dueños, Contraseña– a su nueva ubicación. Es en el nuevo local donde han conseguido alcanzar el galardón de la Guía. Y, aunque no hemos podido probar su nueva propuesta, ya nos sorprendió el antiguo Código de Barra, por su relectura del recetario gaditano, con platos sorprendentes como la tortilla de camarones en forma de stick o su versión de las gambas al ajillo. Para tener una estrella, además, sus menús, de 60 y 70 euros, no se van de madre en precio.

C/ San Francisco, 7

La Viña

Nos movemos ahora al barrio de La Viña, uno de los más peculiares de Cádiz. Desde su construcción, en el siglo XVIII, ha sido habitado por las clases más populares de la ciudad, por ser el lugar más alejado del puerto, pero desde hace ya unos años se ha revalorizado por ser el más cercano a la playa y uno de los lugares preferidos por los turistas para tapear.

Aunque quedan sitios auténticos, la masificación turística es un problema, sobre todo por las noches y en el entorno de la calle de La Palma. En general, aunque hay sitios buenos, es una zona a evitar en temporada alta si no estás dispuesto a hacer cola.

Casa Pepe

Uno de los pocos bares de tapas de La Viña que aún no ha sido tomado por los turistas es Casa Pepe, quizás porque está situado en una calle alejada de la zona más turística y con un ambiente no muy guiri friendly. Pese a esto también se llena, gracias a una extensa y económica carta de tapas. Además de la frituras, son muy recomendables los guisos marineros que tengan cada día como el atún a la barbateña, el pez espada a la roteña o los garbanzos con langostinos. También están muy ricas las albóndigas o el menudo. Muy recomendable.

C/ Rosa, 28

Bar Los Claveles

Los Claveles es uno de los pocos bares auténticos que quedan en La Viña y el mejor ejemplo de bar-almacén que queda en Cádiz tal como eran antes de que todos fueran transformándose. Hay una tienda de comestibles con una barra separada en la que se puede pedir cualquier cosa de la tienda. Hay buenos vinos, chacinas y quesos, a un precio más que correcto. Quizás el mejor lugar de Cádiz para comer jamón.

C. Lubet, 8

Casa Manteca

Casa Manteca es uno de los bares más bonitos de Cádiz; también, de largo, el más conocido. Como aparece en absolutamente todas las guías turísticas está siempre a reventar, tanto que ha llegado un punto en el que casi hay que hacer cola antes de que abra para pillar sitio. El bar es genial, y tiene muy buenas chacinas gaditanas, pero hay sitios donde comer igual de bien sin estar tan agobiado. Recientemente, la misma casa ha abierto justo enfrente una freiduría, con mucha calidad. También tiene cola, pero menos, y ofrecen además comida para llevar.

C. Corralón de los Carros, 66

El Faro

Lo mejor de El Faro son los guisos marineros, como este atún rojo encebollado.

Durante décadas, El Faro ha sido el único restaurante ‘bueno’ de Cádiz y es toda una institución a la que beneficia incluso cierto aire decadente. Se puede comer en barra y en su enorme salón, donde a sus míticas freidurías –tiene una de las mejores tortillas de camarones de la ciudad– se suma una muy atractiva carta de guisos marineros. Probamos el atún encebollado y el pescado de roca a la roteña y estaban de morirse. Mejor, sin embargo, evitar los arroces, pasadísimos. La carta de vinos tiene muchas referencias interesantes de vinos generosos. Es imprescindible reservar con tiempo. Calcula gastar en torno a 30/40 euros por persona comiendo de carta. Hay también un menú degustación de 55 euros.

C. San Félix, 15

Desayunos, café y helados

Como en toda Andalucía, en Cádiz se desayuna fenomenal, aunque, por alguna razón que desconozco, muchos gaditanos optan por empezar el día con una barrita untada en paté La Piara. Al margen de esto, es imprescindible tomarse unos churros en la plaza del mercado, finos y crujientes. O, claro está, unos chicharrones.

¿Churros o chicharrones? Mejor las dos cosas.

Para los amantes del café es obligatorio visitar el Bar Brim (C/ Compañía, 3) , una de las pocas cafeterías de especialidad antiguas que quedan en toda España. Hay quien me discutirá que esta céntrica catefería, fundada en 1956, no hace café de especialidad, pero lo cierto es que lo lleva haciendo siglo y medio mejor que muchos hípsters. Hace solo año y poco reformaron el local, que ha perdido parte de su encanto. Pero el café, de la firma andaluza Catunambú, está buenísimo. No hay nada más, excepto una nevera con latas de refrescos y dulces empaquetados.

Tras una reciente reforma el Bar Brim ha perdido parte de su encanto, pero sigue siendo parada obligada.

Cádiz tiene muchas y muy buenas heladerías, concentradas todas en el entorno de la calle Ancha y Plaza España. Para los amantes de la vieja escuela, es obligado visitar el Salón Italiano (C/ San José, 11). No tienen los mejores helados, pero es la mejor heladería: un local precioso, de los años 40 y reformado con buen gusto. Hay que probar el topolino, el gran clásico de la casa, un helado de nata en barquillo recubierto de chocolate crujiente.

Los míticos topolinos del salón italiano.

Otras referencias, con helados modernos, pero bien facturados son Bajo 0 (Pl. San Francisco, 7), Verde Pistacchio (C/ Ancha, 13) y Heladería Pazza Mina (Pl. de Mina, 15).

Imágenes | Julia Chan/Rudolf Ernst/photooiasson
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