El otro día estuvimos almorzando con unos amigos en el Restaurante Gresca de la calle Provença de Barcelona. Es un local que nos habían recomendado especialmente por la carta de vinos y su menú de mediodía. Así que decidimos ir a comprobar en persona las bondades que nos habían contado.
Y ciertamente la carta de vinos es espectacular. No por extensa y complicada, no. No es de aquellos tochos que parecen más el listín telefónico que una propuesta de vinos. Es espectacular porque contiene las referencias justas y bien seleccionadas en cada estilo de vino: jereces y manzanillas, cavas y champagnes, dulces y oportos, y por supuesto blancos, tintos y rosados (en rosados quizás un poco corta). Españoles, franceses, portugueses, alemanes, italianos...
Además, los precios son ajustadísimos: en ciertos casos más baratos que en algunas tiendas.
Pero vayamos a contarles lo que comimos y bebimos:
Tal como nos habían recomendado, decidimos tomar el menú de mediodía en esta nuestra primera visita, y dejar la carta (vi un plato de pichón con gengibre que tiene que caer en breve) para próximas ocasiones. Así que, Señoras y Señores, el menú de mediodía, por unos 18 euros. Marchando.
Primero, unos aperitivos compuestos por unas varitas de queso y pimentón, original y bien logrado, para luego elegir entre dos entrantes, dos segundos y dos postres:
Nosotros elegimos para empezar, esta "Coca de sardinas con escalivada", sencilla y en su punto. La masa, crujiente; la escalivada gustosa y tierna; las sardinas frescas y tersas. Un conjunto sabroso, la huerta y el mar, la coca de recapte, la tradición reinventada.
Otra parte de la mesa tomaron la otra opción: "Berenjena tostada con mató". Una lámina de berenjena, al horno y tostada, rellena de queso blanco, de queso fresco, de "mató". Otra vez la simplicidad y eficacia que caracteriza el local, aunque en esta ocasión, y a mi gusto, no logra emocionar.
Para segundos platos, la mayoría nos dejamos llevar por lo bien que suena este nombre: "Canelón de perdiz", y lo corto que es. Noten amigos, como los nombres largos y barrocos huyen de esta carta. La facilidad al poder.
Un único canelón de pasta, relleno de perdiz estofada, salseado con bechamel y algo de la salsa de la perdiz. Para adornar: cebollino picado. Magnífico. Sabrosa la perdiz, con su carne prieta. Y suave y amoroso el canelón, en un conjunto de notable ejecución.
El sector disidente escogió el plato de pescado: "Suquet de Araña". No se asusten, la araña es un pescado.
En un fondo de "suquet", unas patatas y unos trozos de araña: el pescado, en su punto justo de cocción, suave y jugoso.
Otro plato basado en la cocina popular catalana, en este caso marinera, que cumple con creces su misión de satisfacer nuestros paladares. Con productos de primera, frescos, apetecibles y además baratos.
Y para finalizar nuestro menú, el llamado "Postre de chocolate", un plato con dos texturas de chocalate: una mousse, ligera y cremosa, con una lámina de chocolate negro y un crujiente de pasta y azúcar que a mi me recordaba a un producto de repostería muy típico de cataluña: "les orelletes". Orelletes con chocolate, una de las meriendas de mi infancia. Snif.
Para beber, y después de escudriñar la fenomenal oferta en vinos de la Gresca, nos decidimos por un champagne con los aperitivos y el primer plato, Champagne Cuperly, un "non vintage", básico, multivarietal, de Verzy, del que hablaremos en breve; y un Douro, de la Quinta do Vale Meao, Meandro 2004, frutal, goloso, perfecto con el canelón de perdiz, e incluso con el chocolate...!
En definitiva, un restaurante que nos reconcilia con el gusto de lo sencillo y lo auténtico, con puntos de cocción muy logrados y con esa estupenda carta de vinos que hará las delicias de cualquiera que se acerque a el. Volveremos, a por la carta.
Gresca Restaurant c/ Provença, 230 08036 Barcelona (Eixample) Teléfono: 93 451 61 93
Más información | Gresca Restaurant