En el mundo hay miles de fábricas de cerveza, pero solo algunas, por su antigüedad, su ubicación o su forma de elaborar la popular bebida, son conocidos destinos turísticos, que atraen a visitantes de todo el mundo.
Con el auge de las microcervecerías, son muchos los pueblos o ciudades que cuentan con sus propias fábricas, pero no es lo mismo fabricar la bebida en un garaje o un polígono industrial que hacerlo en a 1650 metros de altitud, a pie de playa o en una iglesia.
Estas son algunas de las fábricas de cerveza más atractivas del mundo, de visita obligada para cualquier fanático de este invento milenario:
1. La abadía de Wihenstephan (Alemania)
Este monasterio, situado en Baviera, la región cervecera por excelencia, presume de ser la fábrica más antigua del mundo, en funcionamiento desde, al menos, el año 1040 –un título que reclama también la abadía de Weltenburg, de la misma zona–.
En 1803, tanto el monasterio como la fábrica fueron secularizados y en la actualidad pertenecen al estado de Baviera, que produce la cerveza en colaboración con la Universidad Técnica de Munich.
En la actualidad, la cervecera cuenta con modernas instalaciones y un completo museo sobre la bebida. Las visitas se completan, claro, con la obligatoria degustación de sus cervezas, aunque se pueden encontrar en canales comerciales.
2. Kiuchi, en Naka (Japón)
Aunque en el país nipón el consumo de cerveza es relativamente reciente, ya hace décadas que fabrican buenas variedades (algo que ocurre más aún si cabe con el whisky). La fábrica de Kiucki, situada en el pueblo de Naka, en la prefectura de Ibaraki, se dedicaba desde el siglo XIX a la fabricación de sake y shochu, vino y licor de arroz, pero en 1996, gracias a un cambio legislativo que favorecía la aparición de microcerveceras, empezaron a fabrica esta.
Las cervezas de Kiuchi buscan combinar antiguas recetas y procedimientos europeos con técnicas japonesas, como la maduración en barriles utilizados para almacenar el shochu.
Pero lo verdaderamente interesante es la propia fábrica donde, además de ver cómo se fabrican las distintas cervezas, puedes realizar tu propia bebida personalizada, eligiendo entre diferentes sabores para elaborar la cerveza y diseñando la etiqueta. Tres meses después te la envían a casa.
3. Kuchlbauer, en Abensberg (Alemania)
Esta fábrica de Baviera tiene una alargada historia, que se remonta al año 1300, cuando el Conde de Abensberg otorgó a la empresa el privilegio de fabricar cerveza. Desde 1904, la fábrica es propiedad de la familia Salleck, que lleva ocho generaciones regentando el negocio.
Aunque su cerveza de trigo tiene un merecido nombre, lo que destaca en su fábrica es una torre de casi 35 metros diseñada por el arquitecto austriaco Friedensreich Hundertwasser, autor también de un impresionante edificio de apartamentos que lleva su nombre y es una de las mayores atracciones de Viena.
La torre, que se abrió a los visitantes en 2010, está coronada por un observatorio de color oro en el que, claro está, hay un bar.
4. Church Brew, en Pittsburgh (Estados Unidos)
Esta fábrica de cerveza está instalada dentro de una antigua iglesia católica, construida en 1902 y secularizada en 1993. Los tanques de fermentado rodean la nave de la iglesia en la que se ha construido un gran bar.
Junto a las vidrieras se puede disfrutar de sus premiadas cervezas, como son la Celestial Gold o la Pipe Organ Pale, además de un completo menú de comida americana.
5. La abadía de San Sixto, en Vleteren (Bélgica)
Las admiradas cervezas trapenses solo pueden etiquetarse como tal cuando están elaboradas por la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia –los monjes trapenses–, y solo se fabrican en once de los 171 monasterios de la Orden. Pero el más famoso de todos ellos es el de San Sixto, en la pequeña localidad de Vleteren, en el extremo occidental de Bélgica (muy cerca de Dunquerque, en Francia).
Los monjes empezaron a fabricar su cerveza en 1839, pero solo empezaron a venderla al público en 1931. Sus tres cervezas están muy bien consideradas, pero en concreto la Westvleteren 12, una cerveza oscura y de alta graduación alcohólica –como la mayoría de las cervezas trapenses– está considerada por el sitio RateBeer como la mejor del mundo.
Los monjes fabrican menos de 500.000 litros al año, solo lo que necesitan para financiar la vida del monasterio, y las cervezas solo pueden adquirirse por particulares en la propia abadía, a razón de una caja por coche, para lo que es necesario reservar con hasta dos meses de antelación.
6. Pelican Brewery, en Pacific City (Estados Unidos)
Esta fábrica, situada en Pacific City, en el estado de Oregon, es (que sepamos) la única del mundo que se levanta, literamente, en mitad de una playa.
Nacida en 1996, cuando comenzó la explosión de las cervezas artesanales en Estados Unidos, en el bar de la fábrica se pueden degustar en grifo sus seis aclamadas creaciones, como su Pre-prhibition cream Ale o la New World India Pale-Ale.
7. BierVision Monstein, en Davos (Suiza)
La localidad alpina de Davos está considerada como la ciudad europea ubicada a mayor altitud. Además de ser un conocido destino para esquiar y la sede del Foro Económico Mundial, que reúne cada año a los más prominentes líderes económicos y políticos, cuenta en sus proximidades con su propia fábrica de cerveza.
La fábrica, construida en una antigua lechería del siglo XIX, situada en una pedanía de Davos de solo 190 habitantes, produce cinco cervezas especiales, elaboradas con malta de cebada y lúpulo ecológico. Como todo en suiza su visita es cara: 17 euros al cambio, eso sí, con una pequeña degustación.
Imágenes | Pelican Brewery/Wikimedia/Weihenstephan/Kiuchi Brewery/Church Brew/BierVision Monstein
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