Kentucky Fried Chicken: la historia del restaurante de pollo frito más famoso del mundo

La de KFC es una historia que, como tantas otras, arranca en cuarto trasero de una gasolinera situada en medio de la nada. Hoy es la cadena de restaurantes de pollo más conocida del mundo y cuenta con más de 25.000 restaurantes distribuidos por 145 países alrededor del mundo.

Hoy en día en nuestro país todo el mundo sabe a qué sabe eso del "pollo pollo", igual que cualquier tiene claro hacia dónde dirigirse cuando tiene mono de un cubo de alitas picantes que, además, no va a querer compartir con nadie.

Lo que no todo el mundo conoce es cómo se gestó este negocio que hoy pertenece a la compañía Yum! Brands (al igual que Pizza Hut o Taco Bell) y que ha hecho que más de uno invierta unas cuantas horas en la cocina para intentar replicar su receta de pollo al estilo Kentucky. ¿Es tu caso?

KFC: Los orígenes

Lo que actualmente se conoce como KFC, fue constituido originalmente, con el nombre de Kentucky Fried Chicken, en el año 1955 por el coronel Harland Sanders en Corbin (Estado de Kentucky). Pero realmente la historia, vinculada la de su fundador, comienza mucho antes.

Sanders nació en 1890 en Henryville (Indiana) y, tras sufrir una infancia problemática (se tuvo que hacer cargo de sus dos hermanos porque su padre falleció cuando tenía 5 años y su madre trabajaba), decidió abandonar su casa a las 12 años para ponerse a trabajar como peón de campo.

A pesar de que su madre se volvió a casar, al padrastro no debía gustarle mucho la idea de tener hijastros y no se lo puso nada fácil al pequeño Harland, que se fue de casa después de soportar durante un año esta situación. Y así fue cómo el fundador de Kentucky Fried Chicken empezó a trabajar en una granja, alimentando todos los días a los animales por las mañanas. En aquella lo compaginaba con ir a la escuela y hacer trabajos ocasionales por la noche, pero era cuestión de tiempo que abandonase los estudios de séptimo grado porque el álgebra se las estaba haciendo pasar canutas.

Con 15 años decidió dejar la granja para ponerse a trabajar en una serie de trabajos de todo tipo, lo que le llevó a cosechar sus primeros éxitos y fracasos. Probó suerte como pintor, labrador, conductor de tranvía, operador de transbordador, vendedor de seguros, operador de estación de servicio o juez de paz antes de lanzarse con su propio negocio.

El sueño americano con sabor a pollo

En 1929, el coronel ya había abierto su propia estación de servicio en Corbin (Kentucky), en cuya trastienda cocinaba para su familia y para el cliente ocasional que se dejaba caer por allí. Y el recetario consistía básicamente en todos los platos que su madre le había enseñado a hacer. Desde jamón de campo hasta verduras frescas o galletas caseras, además de, cómo no, pollo frito.

Las cosas no le fueron mal y en poco tiempo pudo abrir un restaurante y un motel llamado The Harland Sanders Court and Cafe, donde seguía deleitando al personal a base de pollo frito y esas otras recetas que aprendió siendo niño y que cocinaba a menudo para sus hermanos. No tardó en correrse la voz sobre su buena mano en la cocina y consiguió llamar la atención de gente que venía desde lejos. En resumidas cuentas, su pollo tuvo tanto éxito que finalmente optó por quitar los tanques de gasolina para convertir la gasolinera en un restaurante en toda regla.

De rey del pollo frito a Coronel Honorífico de Kentucky

Llegamos al año 1936, en el que Sanders fue honrado con el título de Coronel de Kentucky por el gobernador del estado. En esta misma época, este emprendedor nato también consiguió perfeccionar un método para acelerar el proceso de cocción de su pollo. Gracias a la olla a presión, logró bajar el tiempo de cocción del pollo frito de 30 minutos sólo 8 o 9 minutos. Esto le ayudó a vender más pollo frito, que era lo que nunca faltaba en las comandas. Y lo mejor de todo es que conservaba, en su opinión, la calidad de la comida.

Las cosas no podían irle mejor a Sanders, que a finales de la década de los 30 ya había perfeccionado su "receta original" con once hierbas, que durante ocho décadas ha sido top secret (más abajo te damos todos los detalles para que la puedas hacer en casa), pero su vida daría un cambio radical a la par que repentino.

Llegó la Segunda Guerra Mundial y, con ella, el racionamiento del gas, lo que le obligó a cerrar temporalmente las puertas del negocio cuando el turismo empezó a escasear. Para más inri, tras un breve repunte que hubo durante la posguerra, se anunció la construcción de la Interestatal 75, ya en la década de los 60, que provocaría que los vehículos dejasen de pasar por Corbin, lo que amenazó por completo la viabilidad futura de su motel-restaurante.

Nace Kentucky Fried Chicken

Fue en ese momento cuando el coronel decidió viajar por Estados Unidos para franquiciar su receta a otros propietarios de restaurantes. Y así fue como nació el KFC, tal cual lo conocemos hoy.

A este respecto, cabe destacar que su primer franquiciado, Peter Harman, era dueño de un restaurante de hamburguesas en Salt Lake City (Utah). Aunque más que un simple franquiciado, parecía un comercial de KFC, al menos durante los cuatro primeros años. Y es que durante este tiempo se dedicó a convencer a los dueños de otros restaurantes de que debían incorporar el "Kentucky Fried Chicken" a sus menús. Lo sorprendente del asunto es que, para entonces, Sanders ya se había jubilado y vivía de sus ingresos y ahorros.

Y a partir de aquí pues te puedes imaginar el resto de la historia. Aquello empezó a crecer como la espuma, tanto que en 1963 la receta de Sanders estaba franquiciada en más de 600 puntos de venta entre Estados Unidos y Canadá. De hecho, el negocio ya empezaba a ser complicado de gestionar para un equipo tan pequeño (eran sólo 18 empleados).

Por eso no sorprende que un año después decidiera vender gran parte de la compañía a un grupo de inversores y se trasladase a Canadá, donde viviría hasta su muerte, en 1980. Desde entonces, KFC ha conquistado el mundo como el operador, desarrollador y franquiciador de pollos de comida rápida más grande del mundo.

Receta original para marinar el pollo estilo KFC

Como hemos comentado, la receta del marinado del pollo frito de Kentucky Fried Chicken se ha mantenido en secreto durante más de 80 años. Pero un día, de buenas a primeras, un periodista del Chicago Tribune decidió poner rumbo al pueblo de Corbin para entrevistar a los herederos de las franquicias que nos ocupan. Y uno de esos personajes era la segunda esposa del coronel Sanders, Claudia Ledington, que en un momento dado consideró oportuno mostrar el libro de notas, todo un tesoro de valor incalculable.

Y allí se encontraba esta lista escrita con tinta azul en la que enumeraban los ingredientes de la mezcla secreta para el marinado. Una mezcla hecha a base de 11 especias y hierbas, tales como sal, tomillo, albahaca, orégano, sal de apio, pimienta negra, mostaza deshidratada, salde ajo, jengibre y pimienta blanca.

Según la receta que ves aquí arriba, los trozos de pollo se deben marinar en suero de leche y huevo, dejarlo reposar de 20 a 30 minutos, para terminar pasándolos a la mezcla de especias con dos vasos de harina. Por si te surge alguna duda, aquí te dejamos los ingredientes con las correspondientes cantidades:

  • 2/3 de cucharada de sal.
  • 1/2 de cucharada de tomillo.
  • 1/2 de cucharada de albahaca.
  • 1/3 de cucharada de orégano.
  • 1 cucharada de sal de apio.
  • 1 cucharada de pimienta negra.
  • 1 cucharada de mostaza en polvo.
  • 4 cucharadas de pimentón.
  • 2 cucharadas de sal de ajo.
  • 1 cucharada de jengibre en polvo.
  • 3 cucharadas de pimienta blanca.

Imagen | KFC
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