Aunque por fuera aparente ser un restaurante bastante normal, la cocina de los Li guarda el secreto de las recetas de la dinastía Qing, que su bisabuelo, responsable de la alimentación y vestimenta del emperador, consiguió rescatar tras su caída.
El éxito de su restaurante, por el que han pasado grandes figuras de la política y los negocios, no se debe únicamente a sus recetas secretas, sino a un menú elaborado con las mejores materias primas naturales, que seleccionan personalmente y prepararan con mucho mimo igual que se hacía hace más de un siglo. Para preservar su secreto, y aunque en su cocina trabajan cinco cocineros a los que supervisan atentamente, las salsas las preparan ellos mismos.
A pesar de su fama, comer en el restaurante de los Li no es especialmente caro, pues se pueden degustar sus platos desde 30 euros, poco si tenemos en cuenta que el viaje hasta Beijing nos saldrá por bastante más.
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