En mi ultima visita a Andalucía hice, gracias a un amigo, un agradable descubrimiento: La Despensa de Palacio, una confiteria artesana de las de verdad.
En Estepa, en el medio de uno de los polígonos industriales que mejor debe de oler del mundo (lleno de fábricas de mantecados y polvorones), está esta pequeña confitería artesana, que como una isla, mantiene sus tradiciones y creatividad para realizar elaboraciones propias.
En esta pequeña tienda familiar, todo está cuidado hasta el último detalle, desde el diseño de las cajas hasta las pequeñas etiquetas identificativas de los productos. Cada mantecado, polvorón, lamelas, almendrado...está tratado con mimo y cariño, elaborado con productos de primera calidad desde la almendra hasta el chocolate.
Cada caja surtida de la Despensa de Palacio es como un pequeño tesoro de sabores, donde todo es de elaboración y creación propia: milhojas de naranja, barritas de trufa y pistacho, turroncillos del alabardero, polvoroncitos imperiales, mantecados de canela, roscón de vino Pedro Ximenez con chocolate, lamelas de naranja, marron glacé o barquillos de chocolate...una exquisitez cada uno de ellos. Además, desde la propia tienda se puede ver la fábrica: el horno, como envuelven a mano cada delicatessen, o las fotografias del dueño con el prestigioso Paul Bocuse. Todo un lujo para cualquier época del año.
