En nuestro mundo tenemos a personalizar y por lo tanto las listas con los mejores restaurantes del mundo se convierten necesariamente en las listas con los mejores cocineros del mundo. Hace tiempo quería publicar este post, pero he querido huir adrede de la fiebre por publicar listas que en mi opinión no son más que una necesidad comercial por vender y ser comprado.
No me refiero a los restaurantes, esos, los más, ya tienen suficiente con conseguir atraer gente respetando la línea que se marcan desde un principio. La honestidad es ante todo fuente de alabanzas. Me refiero a los que hacen las listas, como un restaurante es el primero durante años, y justo el año que anuncia que cambiará y no volverá a ser un restaurante baje del puesto nº 1.
Yo no lo he visitado y claro está que hoy por hoy tampoco podré y dudo mucho que vaya antes de su transformación. Tampoco he visitado el que está ahora como nº1, el Moma. Y si está ahí puesto seguro que es porque se lo merece.
Sí, hay 4 restaurantes españoles entre los 10 primeros. Pero después hay que bajar mucho para ver otros restaurantes españoles que deberían estar en posiciones superiores. Pero es que, restaurantes asiáticos, africanos o sudamericanos tampoco existen mucho en la lista.
A lo mejor hay que ver dónde está el publico objetivo de los que compran estas listas o a lo mejor hay que preguntar a los que hacen las listas, que cómo las hacen exactamente o a que responden las necesidades por promocionar a unos y no a otros.
Creo que pasado este tiempo de reflexión, en los que no publicamos nada en referencia a la última lista de Pellegrino con los mejores 50 restaurantes del mundo, es buena distancia emocional para debatir sobre el asunto. ¿Listas sí o listas no? ¿Estrellas sí o estrellas no?
Foto | jlastras
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