¿Un menú del día por 5€ que incluye primero, segundo, postre, bebida y pan? Por muy sorprendente que parezca, existe. Es el menú más barato de España y está en Málaga.
Esta semificción gastronómica se llama Bar Mercado de Huelin y es un establecimiento donde la exquisitez y la innovación culinaria sobran, donde los delirios foodies no existen. Una casa de comidas de toda la vida, muy lejos de la ensalada con vinagreta de miel, el guacamole con crudité o el tataki que engordan el precio del menú diario de los restaurantes del centro de la ciudad. Un bar de menú sin añadidos ni aspavientos.
Como su nombre adelanta, este establecimiento se ubica en las inmediaciones del mercado de Huelín, una de las barriadas más populares de la capital malagueña, a pocos kilómetros del centro histórico. En este local de la esquina, a la hora del almuerzo se funde el bullicio del cierre del mercado con las voces de las camareras y el sonido de las tragaperras del local. El jaleo que se forma es únicamente para los oídos experimentados que frecuentan el bar a diario. Si espera comer tranquilo, este no es su sitio.
“Hoy de primero tenemos guisaillo de patatas”, cuenta Eva, una de las camareras que atiende a golpe de gracia y rapidez. “Y como todos los días, ensalada y macarrones con tomate, atún y queso”, aclara con libretilla y boli en mano para anotar la comanda al mismo tiempo que canta los platos del día.
El tiempo es oro. Con tan solo doce mesas en el interior y cuatro en el exterior, además de la barra donde también sirven menús, se despachan alrededor de sesenta almuerzos diarios. La rotación continua es una de las claves de este negocio y las camareras saben cómo marcar el ritmo, que luego se refleja en la caja.
Cuando el primer plato lleva en la mesa escasos minutos, asoma por la puerta de la cocina el segundo. A elegir entre huevos rellenos, pollo al ajillo, hamburguesa, jurel a la plancha, pinchitos, costillas, filete o papas y huevo. Los segundos platos cambian a diario según los productos y precios del mercado. “También se puede combinar las papas y el huevo frito con el pollo al ajillo o la hamburguesa”, ofrece la camarera, “siempre por el mismo precio”, cantidad que atiende con dignidad a la calidad de sus productos.
Cada plato tiene algún recuerdo que lleva a la infancia o a los menús de otros tiempos donde comer era lo principal, sin decorados. Todo casero y recién hecho. ‘Guisaillo’ de patatas con carne que recuerda al de la olla de una abuela; macarrones con tomate y atún como los del campamento de verano o los del comedor de un colegio de primaria; o un jurel fresco a la plancha con una ensalada de lechuga, cebolla y tomate.
Estos sabores, sin olvidar el precio, atraen a un continuo vaivén de clientes muy variopintos: jubilados a los que le sale más barato comer aquí que cocinar; albañiles que se acercan a por un guiso caliente y contundente; madres y abuelas que saben que hay un plato del menú que a la niña con uniforme escolar le va a gustar; un cura con sotana que da misa en la parroquia de enfrente y que cada martes almuerza gazpachuelo; incluso, una pareja de turistas finlandeses despistados que han caído de rebote tras su visita a la Colección del Museo Ruso de Málaga, que no se encuentra lejos de allí.
“La gente tiquismiqui no está aquí, aquí viene gente sencilla, trabajadores de las obras de alrededor, la gente del barrio que nos conoce desde hace muchos años”, explica Eva sin detenerse un segundo.
Las persianas del Bar Mercado de Huelin abren de lunes a sábado a las cinco de la mañana, horario en que los pescaderos llegan con la mercancía del día. “A esa hora solo ponemos cafés, hasta las seis que llega el pan y empezamos con los desayunos”, puntualiza Eva. Desde ese momento enganchan con el almuerzo que acaba a las 15h, cuando cierran la cocina para recoger la sala. “A las cuatro de la tarde tenemos que estar fuera. Tenemos el mismo horario del mercado”, explica.
Desde hace treinta años este local convive con el mercado como parte de una concesión del Ayuntamiento de Málaga, otra de las claves que explica sus precios. “El fundador es el tío de mi cuñado”, apunta una de las camareras; “esto es un negocio familiar en que trabajamos siete personas en dos turnos”, añade.
Antes de la pandemia se servían alrededor de 120 menús diarios a un precio de tres euros. Tras el confinamiento, las medidas de distanciamiento obligaron a reducir mesas por lo que tuvieron que aumentar el precio del menú a cinco euros, lo que les sigue posicionando como el bar con el menú más barato de España, un reconocimiento que merece una visita, no únicamente por su precio si no también por su autenticidad.
Datos prácticos
Dónde: calle Emilio de la Cerda, 35 (Málaga)
Precio medio: 5 euros.
Teléfono: 673 49 86 52.
Horarios: solo comidas. Cierra domingos.
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