Quintoelemento: la antigua sala de fumadores de Kapital es el nuevo restaurante de moda de Madrid (incluso para Sergio Ramos y Mbappé)

Quintoelemento: la antigua sala de fumadores de Kapital es el nuevo restaurante de moda de Madrid (incluso para Sergio Ramos y Mbappé)
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Quintoelemento tiene los cinco elementos que me hacen recelar fuerte de un restaurante: invitación al postureo, reservado para famosos –allí fueron a comer Mbappé y Sergio Ramos en verano–, champán caro, DJ los findes y una carta muy ecléctica con especialidades asiáticas y latinoamericanas.

El restaurante, que debe su nombre a la película de Luc Besson, está dividido en dos plantas: las últimas del edificio junto a Atocha que ocupa la archiconocida discoteca madrileña Kapital, de los mismos propietarios que el restaurante.

La enorme sala principal, situada en la séptima y última planta, cuenta con una bóveda cubierta con una enorme pantalla de ledes en la que se proyectan imágenes que van de bosques a rascacielos e, incluso, la capilla Sixtina. A mí esto me sonaba peor que ir a una competición de saltos ecuestres, pero resulta curioso y no es desagradable. Además, la bóveda es retráctil y, si hace bueno, se puede abrir el techo durante las comidas.

En la planta sexta hay una gran bodega que atesora en sus vitrinas numerosos champanes y algunos de los más famosos vinos de EspañaVega Sicilia, Castillo Ygay, Flor de Pingus, etc.–. También un reservado al que los comensales más ilustres pueden acceder por un acceso independiente sin que nadie los vea.

Bodega La bodega funciona también como reservado, con acceso independiente. Aquí cenaron Sergio Ramos y Mbappé en su mediática visita a España.

¿Y la comida qué?

No cabe duda de que el modelo de “restaurante donde tomar luego unas copas y subir fotos a Instagram” que inauguró en Madrid Amazónico ha sido un éxito. Y el espacio de Quintoelemento lo tiene todo para triunfar en este segmento.

Hoy se cuentan por decenas este tipo de restaurantes, y funcionan como un tiro, pero en casi ninguno se come muy allá: la comida es a todas luces algo secundario. A nadie le importa.

Tampoco nadie en Quintoelemento niega que el negocio se inscriba en este tipo de oferta, pero insisten en que aquí la gastronomía sí se va a cuidar al máximo. Quieren que sea el reclamo principal.

Suarez Lezo El cocinero Juan Suárez de Lezo en la barra de sushi del local.

Tras casi un año de rodaje, aún queda lejos el objetivo de colocar a Quintoelemento en el panorama más gastro, pero es de agradecer que la propiedad haya optado por la solvencia de un chef ejecutivo como Juan Suárez de Lezo, al que conocimos oficiando en Brasserie Lafayette –junto a Bistroman, el restaurante francés más recomendable de la ciudad–.

El cambio para el cocinero ha sido abismal, pasando de un bistró de cocina clásica francesa de carta escueta a un local con una oferta muy variada y dos plantas en el que se pueden servir a más de 200 comensales en un servicio.

“Para mí ha sido un reto”, explica el chef a DAP. “Hay una tendencia a decir que como está en la discoteca Kapital no se va a comer bien y es verdad que todos estos conceptos de negocio están relacionados más a la juerga. Pero hemos conseguido que vengan 200 o 300 personas y se mantenga el nivel”.

Nigiris La completa carta de nigiris es una de las señas de identidad del local. No están en el top, pero son correctos. 12 euros dos unidades

Nigiris, tacos y lo que surja

En la carta, y en sus dos menús degustación, Suárez de Lezo deja un poco de lado su experiencia en la gastronomía francesa –en Nueva York trabajó con Thomas Keller– y se centra en especialidades asiáticas –hay una barra de sushi con dos cocineros nipones– y latinoamericanas.

“He estado en Perú, he estado en Brasil, he estado en la India, he convivido mucho con gente nepalí, de Irak, Afganistán o Eritrea; y he tocado muchísimo Japón y China”, explica el cocinero. “No es una cocina fusión. He trabajado en muchos países y al final mi forma de trabajar o de ver la cocina es coger estas influencias o ingredientes y cocinar lo que quiera. Es mi forma de ver la gastronomía”.

Tacos El taco de berenjena en tempura con una tortilla casera de lenteja, arroz y cilantro nos sorprendió gratamente (eso sí, 9 euros la unidad).

Visto esto podríamos esperar una carta kilométrica, pero no lo es tanto. En la parte japonesa hay una selección de sashimi, nigiris, makis, gunkan, que incluyen los típicos bocados cocinados y con muchas cosas tan de moda ahora, pero también nigiris clásicos que no están mal.

En la parte latinoamericana ceviches, tartares y unos tacos bastante curiosos que Suárez de Lezo elabora con tortillas de legumbres caseras. Probamos el de berenjena en tempura y fue lo que más nos gustó de la comida. Para terminar, carnes, pescados y algunos principales que nos gustaron bastante, como el chili crab del señorito (cangrejo de cáscara blanda con bogavante) o el pimiento de piquillo verde relleno de carrillera y glaseado.

Chili Crab El chili crab del señorito es la versión de Suárez de Lezo del típico plato tailandés, al que añade bogavante. Estaba rico, pero afloja 32 euros.

Un restaurante que apunta alto (también en precios)

En los próximos días, Quintoelemento va inaugurar un menú especial omakase del que solo se podrá disfrutar en la barra de sushi, una iniciativa a la que seguirán otras para seguir aumentando la oferta gastronómica del local.

Hoy por hoy, es posible comer por unos 75 euros –bastante más si optas por los menús degustación, a 90 y 110 euros sin bebida–, pero a la vista está que no es un sitio económico, ni pretende serlo. Hay que pagar la ubicación (y la bóveda de ledes). Aunque la cocina está abierta ininterrumpidamente de 13 a 24 horas, y hay gente que va por la tarde a tomarse unas copas y un postre, el ticket mínimo obligatorio por comensal es de 50 euros. Y la botella de vino más barata de la carta, un Pavina 2020, cuesta 29 euros.

Sí, hay sitios en Madrid en los que se come mejor por lo que pagarías aquí. Pero la comida venció nuestro escepticismo: lo cierto es que todo nos pareció bastante rico. Y el dinero, que cada uno se lo gaste en lo que quiera.

Alaska Entre los postres encontramos el mítico suflé Alaska. Estaba muy rico. 13 euros.

Qué pedir: en Quintoelemento todo está limitado por tu presupuesto. Si vas a conocer el sitio y pasar un buen rato, puedes tomar un plato principal y un postre y darte por cenado. Los cócteles, que tienen buena pinta, están a 15 o 16 euros. Si te lías a pedir nigiris, que como todo el mundo sabe no llenan nada, prepara la cartera.

Datos prácticos
Dónde: C. de Atocha, 125. Madrid.
Precio medio: 75/100€.
Reservas: 918532628 y en su página web.
Horarios: Abre todos los días.
Acceso restringido a menores de 18 años.

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