Quirat: el restaurante de Barcelona que recupera recetas catalanas en peligro de extinción

Lujo y cocina tradicional se dan la mano de una forma solemne en el ostentoso restaurante Quirat, situado en el reformado Hotel InterContinental de Barcelona que, para sorpresa del cliente internacional y también del paseante local, propone una cocina catalana con recetas cada vez menos habituales en las cartas de la metrópoli, pero con un twist cosmopolita.

Con el sello del chef Victor Torres, joven (el más joven de España en conseguir una estrella Michelin) pero con amplio recorrido gastronómico, este restaurante se encuentra cerca de la concurrida plaza España, que alberga congresos y festivales de público muy diverso a lo largo del año.

Cuando no está en Quirat, Víctor Torres está al frente del prestigioso Les Magnòlies de Arbúcies (Girona), donde atiende el resto de la semana en unas jornadas de escándalo.

De hecho, la cocina que desarrolla en Quirat es una oportunidad para catar guiños de la estrellada propuesta de Girona, donde cuenta con proveedores de primera mano en todo lo referente a tierra, mar y aire, y cuyo sello se aprecia también en su propuesta barcelonesa.

Un nombre que apela a los materiales nobles

La referencia al lujo ya la lleva asociada el mismo nombre del restaurante, Quirat, que en catalán significa quilate, como las unidades de pureza de los metales nobles como el oro. A este nombre se le suman todo de materiales nobles (o aparentemente nobles) allí donde se pose el ojo, como si de una tienda de Chanel se tratara.

Los menús degustación que sirve este establecimiento también se miden en quilates, de modo que hay dos gamas: el de 18 y el de 24k, a peso.

Esencialmente, se trata de una oferta que trata de darle una vuelta a la gastronomía típica catalana, con aquellos platos que de tanta modernidad están en peligro de extinción en Barcelona en medio de tanto aguacate, ceviche, sushi, enchiladas y modernidades varias a su alrededor.

Ejemplo de ello es el Capipota con vieira y jugo de sus barbas. El capipota es un plato muy popular en las fondas y casas de comida de las comarcas de Barcelona, pero cada vez es más dificil de encontrar. Se trata de un guiso de ternera al que algunos añaden butifarra o un buen picadillo catalán.

Otro plato de Torres con esta innovadora mirada es el Fricandó, ventresca de atún y castaña, una sugerencia basada en el mítico guiso de los domingos en muchos hogares catalanes y del que las madres y abuelas guardan el secreto: el fricandó. Con esta base, Torres juega al mar y montaña con la salinidad del atún y una untuosa y envolvente salsa de castañas.

Lo mismo sucede con el Pichón en dos tiempos, granada y oxalis, un plato cuya sorprendente puesta en escena puede tanto enamorar como aterrorizar (la garra de la joven paloma reposa sobre el plato para repelarla). Este es nuevamente una revisión de una receta muy difícil de encontrar en cualquier restaurante.

Acompaña a este relato de la cocina de proximidad una cata de dos tipos de aceite con panes variados servidos a voluntad, donde el comensal puede apreciar rápidamente la potencia organoléptica de cada aceituna y jugar a mezclarla con los platos.

Asimismo, el maridaje con referencias sobre todo locales (sin descuidar las más emblemáticas del resto del mundo) también es una opción que puede acompañar a este menú.

Otro plus de este restaurante es un pequeño huerto que abastece algunos platos. Situado dentro del hotel, es el proveedor vivo de las plantas aromáticas y pequeños frutos (según temporada) que se inmiscuyen en los platos de la cocina del chef.

Como en una tienda de Chanel

Las mesas, sin mantel a la orden del día, abrazan con frialdad la propuesta culinaria, que se degusta desde cómodos y sofisticados sofás y sillas que elevan todavía más la exclusividad de la experiencia.

Como es propio de este nivel, el silencio es el hilo musical que más se oye en la sala, pues la comida está para disfrutarla con los cinco sentidos y cualquier cacofonía puede expulsar al comensal del Olimpo de los sabores.

En la misma dirección, mención aparte merece un servicio de alta gama que atiende al comensal cual rey caprichoso. Y este atento staff lo hace con un sincronizado baile en el pase de cada uno de los platos al que precede una eficaz pormenorización de las técnicas e ingredientes empleados.

El público internacional encontrará una esmerada atención en inglés y un esfuerzo por explicar platos tan de aquí como el capipota o el fricandó.

Qué pedir: El menú degustación 24k es una versión extendida muy recomendable para no perderse ningún plato de éxito del momento de la creatividad de Torres y de la actual temporada. Como en todo, hay que aprovechar porque nunca se sabe cuáles de sus ideas gastronómicas volverán a materializarse sobre la porcelana.

Datos prácticos
Dónde: Avenida de Rius i Taulet, 1, Barcelona.
Precio medio: 90 euros.
Reservas: 934 262 223 y en su página web.
Horarios: de martes a sábado de 19:30 a 22 h.

Imágenes | @muysibarita | Quirat
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