Una ración de gambas a la plancha por favor. Esto que puede ser tan sencillo de pronunciar en algunas ocasiones, este año tengo la extraña sensación que es algo más complicado de pronunciar. No sé si porque no hay gambas en el mercado, porque las que hay sean un poco malas y los buenos cocineros de los chiringuitos no quieren dar gato por liebre (sic) o cual es la razón exacta.
El caso es que entramos en esas raciones en las que hay que gastarse un poco más de calderilla, o mejor dicho, pasamos de la calderilla a gastarnos algún billete entero. Y qué menos que, entonces, pedir que sean buena y que estén hechas en condiciones.
Las gambas de chiringuito, ¿buenas o malas?
Pues como todo en la vida, ¿verdad?. Las habrá, de hecho las hay, malas y las hay buenas. Pero dónde encontraremos las diferencias entre unas y otras. Pues digamos que en el tipo de gamba y en cómo se han cocinado principalmente.
Por el tipo de gamba digamos que podríamos volverlas a clasificar entre buenas y malas, pero no nos vale de nuevo hacer una subclasificación igual que la primera. Entonces aquí he visto que podemos encontrar diferentes opciones de gambas.
Las que yo, personalmente, no utilizo ni para hacer un arroz. Es decir las gambas arroceras. Sí, he visto que algunos chiringuitos son capaces de hacerlas a la plancha. Son gambas alargadas y finas que difícilmente se pueden pelar y que solo sirven para eso, dar sabor a un arroz.
Las gambas y los gambones, mejor para hacer a la plancha. Más carne, aunque los hay de diferentes calibres. Pero de los que de una u otra forma se puede sacar mejor provecho. Son los que encontraremos en la mayoría de chiringuitos, aunque este año estén difíciles de encontrar.
Las gambas rojas. Por esta zona son bastante habituales ver las raciones de gambas rojas. Bueno, raciones exactamente no, ya que se suelen pedir por unidades o por medias raciones, depende el tamaño de las gambas, ya que suelen ser muy caras. Y digamos que tampoco son una ración habitual en los chiringuitos, y si las tienen y encima son buenas (decir lo contrario de unas gambas rojas, sería decir algo muy malo de la gamba y del local) es que el chiringuito es bueno. No, la verdad que lo habitual es verlas en los restaurantes de las zonas.
También os he hablado de la forma de hacerlas. Sí, de nuevo, como en todo en la vida podemos encontrar quien las hace bien y quien las hace mal. Quien te las lleva a la mesa sin una pizca de jugo y quien las trae en su punto, sabrosas y jugosas.
La forma de hacer unas gambas a la plancha de forma de correcta es cualquiera que las deje no muy hechas, que tengan un punto de sal y que las deje con el sabor a mar. Por lo tanto, nada de limón, nada de ajo (a no ser que sean al ajillo, que tienen su punto gracioso también).
Las gambas a la plancha suelo preparar de una forma muy sencilla, pongo una cama de sal gorda o sal en escamas sobre la sartén o la plancha. Nada de aceite. Fuego alto o fuerte y ponemos las gambas encima de la sal. Cuando veo que empiezan a ponerse blancas, las doy la vuelta, las dejo unos segundos y para fuera. A comer cuanto antes.
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