Hace tiempo visitamos el restaurante indio Benares Madrid, ubicado en el mismo local que durante años ocupó Annapurna, uno de los indios más clásicos de la capital. Y dos años más tarde hemos vuelto para conocer los cambios que han tenido lugar en la dirección del mismo y, por supuesto, su nueva propuesta gastronómica.
Llegamos a Benares Madrid y nos reciben con la misma amabilidad y profesionalidad que recordábamos. Nos encontramos con que el embajador de La India ocupa mesa cercana a la nuestra y pensamos "buena señal". Sentimos que los cambios han debido ser acertados, tan distinguido comensal es buen aval. Nos disponemos a comprobarlo.
Al frente de la cocina ya no encontramos a Atul Kochhara sino al chef Diego García Fernández, cuyo currículum es extenso. Ha pasado por las cocinas de Coque, La Biblioteca del Hotel Santo Mauro y por los restaurantes londinenses Zuma, Santini y Barrafina.
García Fernández ha conseguido adaptar la cocina india a las tendencias y gustos de los españoles, sin perder el trasfondo, tras hacer un exhaustivo repaso de su recetario tradicional.
La oferta gastronómica de Benares Madrid es atractiva y está repleta de platos ya conocidos para los iniciados en la cocina del subcontinente indio, como el pollo tikka masala, los currys y, por supuesto, el tandoori. A ellos se suman ingredientes muy nuestros, como el pulpo o la lubina, cocinados con muchas especias (que no picantes) y métodos indios.
Comenzamos nuestro viaje gastronómico dejándonos aconsejar por el servicio, amababilísimo y muy atento por cierto, y nos sorprende con dos platos espectaculares: vieiras jalparí, a la sartén, crema de apionabo, crujiente de quinoa y salicornia y pulpo bhuna, marinado guarnecido con chutney de papaya verde tailandesa. Se nos saltan las lágrimas de lo riquísimos que están ambos entrantes, tanto que nos dan ganas de pedir que paren el resto del menú y nos traigan más de lo mismo.
No obstante confiamos en la casa, que con tan buen criterio ha comenzado este exótico viaje gastronómico, y nos vuelve a sorprender con otro plato de pescado, algo muy inusual en los restaurantes indios en los que las carnes (especialmente el cordero y el pollo) dominan el panorama. Tras el nombre tikka de pescado dhaniya se encuentra una lubina fresquísima, en lomos, marinada en cilantro y jengibre. Impresionante. Nos hace replantearnos la manera en que cocinamos el pescado y soñar con recrear la receta en nuestras casas.
Continuamos saboreando La India con los clásicos pollo tikka masala, curry con base de tomate, cebolla y fenugreco, y cordero rogan josh, al estilo Cachemira aromatizado con cardamomo y azafrán. Un arroz pulao, aromatizado con comino y azafrán, y pan naan los acompañan, no podían faltar (son guarnición obligada y perfecta). Tenemos capricho de volver a probar las lentejas negras que nos enamoraron en aquella primera visita y volvemos a caer rendidos a sus pies. Cremosas y aromáticas, nada que ver con nuestra manera de cocinar esta legumbre (sin menospreciarla, conste en acta).
Nos encanta el uso comedido que el chef García Fernández hace del picante y las especias que, aunque perfectamente distinguibles en cada plato, no ocultan el sabor de los elementos principales. Es más, lo complementan y resaltan. Perfecto para quienes buscan tantear la cocina india con suavidad.
Las especias también tienen cabida en los dulces y el bhapa doi, yogur al vapor con aroma de rosas y pistacho, es buena muestra de ello. Finísimo, ligero, refrescante y muy equilibrado. De esos postres que ponen el broche de oro a una comida soberbia y quedan grabados en la memoria por y para siempre.
Elegancia para todos los gustos
Benares Madrid es un lugar elegante. Ya lo era en sus inicios y sigue manteniendo esa línea aunque el entorno se ha dividido en varios ambientes para satisfacer todo tipo de gustos, desde los más sofisticados a los más informales. Para estos últimos, las mesas a la entrada del salón sin mantel son perfectas, y para los primeros, un salón más clásico, con dos reservados y ventanales con vistas al jardín exterior. Es el lugar perfecto para una cena romántica o, simplemente, respirar un poco de paz en pleno centro de Madrid. El ambiente en la terraza es especialmente exótico por la noche, cuando proyectan videos de la ciudad de Benares en la pared.
Se suma a los espacios de la sala principal del restaurante, Benares Madrid un bistró afrancesado abierto a la calle. Esta es la zona de bar, con carta de cócteles y picoteo propia. Concebido para disfrutar de bocados de street food típicos del país en formato tapa, idóneos tanto para el aperitivo del mediodía como para el afterwork vespertino.
Además del cambio de rumbo en la carta y la redistribución de los espacios del salón, nos llama (gratamente) la atención la presencia del nuevo menú lunch o menú del día. Cambia cada mes y permite disfrutar de la alta cocina india por un precio más que asequible. Consta de entrante, principal, acompañamiento y postre (a elegir entre tres opciones en cada caso), más agua o refresco.
Qué pedir: Son imprescindibles las vieiras, el pulpo, las lentejas negras y el bhapa doi, sentarse en una de las mesas de la terraza, por la noche, para sentirse como en La India. La carta de cócteles del bar y el menú lunch a 19€.
Datos prácticos.
Dónde: Zurbano, 5 (Madrid).
Precio medio: 35-45 euros.
Reservas: 913 198 716.
Horario: Cierra domingos.
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