He de decir que nunca he entendido muy bien la fama que El Palmar, un pequeño pueblecito rodeado de arrozales en pleno Parque Natural de L'Albufera. Vale que dicho así suena a paraje idílico, y es verdad que algunos de los muchos restaurantes del pueblo tiene bonitas vistas a los arrozales, como el restaurante Cañas y Barro al que fui el otro día, pero el lugar en sí no es excesivamente agradable, sino más bien cutre.
Eso no quiera decir que no se coma bien, en absoluto, más bien lo contrario. Lo que quiero decir es que ni esperéis un pueblo coqueto ni restaurantes en consonancia: aquí priman las terrazas con mesas metálica, manteles de papel y sombrillas de propaganda, a juego con salones interiores mejor vestidos, pero tirando a barrocos.
Dicho esto, vayamos a lo que importa, la comida. El restaurante que escogimos ofrecía diferentes opciones de menús que variaban desde los 13 hasta los 20 euros (con postre, pero bebida aparte), dependiendo esencialmente del tipo de paella y de las tapas que incluían. Como nosotros éramos cuatro, escogimos uno con paella y conejo para dos (el mínimo siempre es dos personas), y otro de paella de marisco para los otros dos.
Las tapas o entrantes, bastante generosos teniendo en cuenta que cada una era para un menú de dos, incluían: pan tostado con ajoaceite y tomate, dos raciones de calamares a la romana, una ensalada de la huerta, una sepia a la plancha y mejillones al vapor, aunque estos últimos los cambiamos por unas bravas, porque nos apetecían a todos.
En general estaban todos muy buenos, especialmente la sepia y los calamares. Tampoco diría que sobresalientes, pero un notable en todas las tapas ya es una nota que no pondría a muchos sitios de más postín. Las fotos, como veis, parecen sacadas del menú de un bar de playa, así que tampoco esperéis un entorno óptimo para luciros en Instagram.
Finalmente llegaron las paellas. Como he dicho, una de marisco y una de pollo y conejo. Ambas iban bien de "chicha", con bastantes gambas y cigalas en la primera y mucho pollo y conejo en la segunda. Curiosamente, la de marisco llevaba también "bachoqueta" (judía verde plana) y "garrofó" (un haba grande y plana), algo poco habitual en este tipo de paellas, más proclives a no llevar verdura alguna, o si acaso un poco de pimiento rojo.
Las dos estaban muy ricas, pero sobre todo la de marisco, con el grano excepcionalmente en su punto (algo más complicado en las paellas de marisco) y muy bien de sabor. La de pollo y conejo, por otro lado, sin dejar de estar buena, pecaba un poco de exceso de sabor, y me atrevería a decir que un pelín aceitosa y un punto salada, pero nada grave.
Del postre no os puedo hablar, porque aunque nos ofrecieron natillas y crema catalana, llegado el momento se les habían acabado todas, y terminamos comiendo un helado almendrado. Al final, pidiendo cerveza y agua, la comida salió por 81 euros, unos 20 euros por persona. El servicio, para lo lleno que estaba (un domingo a mediodía), muy rápido y amable.
Restaurante Cañas y Barro
Calle de Caudete, 9
El Palmar, Valencia
Tel. 961 62 02 69
Precio | 20 euros por persona
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