Restaurante Es Rebost de Can Prats, cocina de tradición en el pueblo ibicenco de San Antonio

El restaurante Es Rebost de Can Prats, en pleno centro del turístico pueblo de San Antonio aunque en una zona tranquila a la que apenas llega el bullicio de la noche, algo que se agradece para lo que huímos de él, es un negocio de tradición familiar ubicado en una antigua casa ibicenca.

Hacía mucho tiempo que no visitaba este acogedor establecimiento, que siempre he considerado más de invierno que de verano supongo que por la distribución en habitaciones y por la falta de una terraza que ayude a pasar mejor el calor de los meses estivales, pero este fin de semana cené en él con unos amigos y pude comprobar que el listón sigue tan alto como recordaba.

Me encanta su decoración sobria, llena de pequeños detalles que forman parte de las costumbres y de las tradiciones de la isla. La sensación que produce es la de encontrarse en el comedor de una casa particular, a ello también ayuda el estar dividido el espacio en pequeñas estancias que eran las habitaciones de la antigua casa familiar.

El trato del servicio es de lo más amable. Los propietarios se encargan personalmente de atender las mesas y si tenéis alguna duda sobre la carta, os aconsejo que os dejéis orientar por ellos. Además, como hasta mediados de diciembre tiene lugar el Certamen Gastronómico del Producto Ibicenco había en la carta un menú especial por solo 15 euros.

Decidimos compartir los entrantes y después perdirnos cada uno un segundo. Para amenizar la espera nos sirvieron unas tostas de sobrasada y un pan con alioli y aceitunas. Aunque siempre me propongo no picar antes de la comida, me cuesta muchísimo resistirme a una rebanada de pan payés con alioli. Me encantó la forma de servir el pan en un cesto de mimbre, creo que copiaré la idea.

Los entrantes que elegimos fueron un bacalao macerado servido con tomate, una ensalada de crostas con pescado seco de Formentera y un surtido de quesos. De los tres, merece especial mención la ensalada ibicenca, que consiste en crostones de pan tostado, patata hervida, tomate y, en esta ocasión, pescado seco típico de la pitusa menor.

De segundo elegí un pinxo "Es Rebost", la verdad es que aunque miré toda la carta con detenimiento al final acabé pidiendo lo de siempre, pues además de su buen sabor me gusta mucho cómo lo sirven: en vertical, y aunque parece una tontería no sabéis lo fácil que resulta retirar la carne del palito.

Los demás segundos escogidos fueron: confit de pato con salsa agridulce de caqui, frito de cerdo, calamar fresco a la plancha y bacalao de trencada con piñones y pasas. El confit de pato no lo probé, no es la carne que más me gusta y normalmente no me atraye demasiado, aunque por lo visto estaba exquisito.

Tampoco probé el calamar ni el frito de cerdo, aunque este último, que es uno de los platos más tradicionales de la isla y que antiguamente se comía en invierno aunque ahora se degusta todo el año, recibió muchas alabanzas por quien lo escogió. Sólo pudo ponerle un "pero" y es que tenía pocas patatas.

Lo que sí saborée fue el acompañamiento del bacalao de trencada con piñones y pasas y que consistía en unas espinacas rehogadas con los piñones y pasas. Me gustó mucho, y si no que se lo pregunten a la amiga que se lo pidió, que estaba sentada enfrente mío y resistió mis "intromisiones" en su plato.

Por último, y para no poder decir que no habíamos acabado con un sabor dulce, pedimos para compartir unos bombones de higos. Una elección muy acertada pues no estaban demasiado dulces y no resultaron pesados.

En definitiva, el restaurante Es Rebost de Can Prats es un establecimiento para recomendar. Para los que visitéis la isla, os recomiendo que no os dejéis influenciar por lo turístico que resulta el pueblo de San Antonio, sobre todo en verano. Vale la pena visitar este pequeño oasis y disfrutar de su carta.