Restaurante Naomi, cocina japonesa en Madrid

Llevaba mucho tiempo con ganas de conocer el restaurante Naomi, del que había escuchado hablar muy bien, así que cuando mi amiga Isabel me lo propuso como lugar para celebrar una comida muy esperada por ambas, no lo dudé un momento. Para ella ya era un lugar conocido, así que me dejé guiar en todos los sentidos, ella fue quien me fue señalando el camino mientras paseábamos y charlábamos, y a la hora de pedir los platos, me puse absolutamente en sus manos.

El restaurante muestra una fachada más que modesta, puerta de madera cerrada y un ventanal, sobre ambos un cartel amarillo en el que reza el nombre del restaurante. Trapasamos la puerta y accedemos a un pequeño recibidor. Se nos antoja un buen comienzo, no hay rastro de decoraciones minimalistas y da la impresión de que ingresamos en otro pequeño mundo aparte.

Abrimos la puerta del recibidor y nos vemos obligadas a agacharnos, pues en la entrada cuelga un calendario de tela que nos cubre la cabeza. Hacemos la obligada reverencia y nos sentamos en nuestra mesa.

Naomi es un restaurante japonés de pequeño tamaño, llamémosle íntimo, aunque es algo más que eso. Ademas de las pequeñas mesas, tiene una barra en la que se puede comer (en la que espero hacerlo pronto). La luz es tenue y el servicio amable, no hay impaciencia en ellos, aun cuando absortas en nuestra charla tardamos lo nuestro en encargar la comanda.


Finalmente, confiando en el criterio de Isabel, escogemos sobakarei, o lo que es lo mismo, tallarines soba con salsa de curry. Un plato tan sencillo como rico que vamos haciendo desaparecer a golpe de palillos.

El nasudengaku es un éxito total, se trata de berenjenas con salsa miso, un plato sin demasiadas concesiones estéticas, que guarda todo su potencial en la ternura de la berenjena y el sabor de la salsa miso, excelente. Poco a poco vamos deshaciendo la carne de la berenjena con los palillos, y tratando de deducir cómo cocinarla igual.

Un cuenco de arroz blanco nos iba entreteniendo entre platos, cuando llegó el sushi variado, una buena opción para degustar entre dos personas. Una de las piezas me cautivó como pocas: una fina lámina de carne apenas sellada en los extremos y tierna, tiernísima en el interior, que apenas tuve que masticar.

A los postres, Isabel tuvo claro qué pedir, mousse de maracuyá; yo, por variar un poco pedí helado de sésamo. Al final terminamos haciendo un baile de cucharillas para comprobar que la mousse era sencillamente espectacular.

Bebimos una cerveza y una jarra de agua, y la cuenta arrojó un saldo de 20 euros por persona. Desde luego Naomi es un restaurante más que recomendable si lo que deseamos es comer buena comida japonesa. Un último dato, según reza un cartel en la puerta del restaurante, este año cumple 36 años de servicio, ahí es nada.

Un vistazo a…
Onigirazu o sándwich de sushi japonés

Restaurante Naomi

Cocina Japonesa
C/ Avila 14
28020 Madrid
91 572 23 04

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