No creáis que puedo darme estos lujos, como cenar en el Restaurante Skylon de Londres y probar su refinada cocina inglesa con vistas al Támesis. Fui invitado para cubrir la presentación de un producto tecnológico para nuestro blog amigo Xatakahome, y los organizadores eligieron este elegante local para la cena.
El nombre del local hace referencia a la torre homónima que se levantó en ese mismo solar para el Festival de Gran Bretaña de 1951, y posteriormente desmantelada. La silueta de la torre se reconoce en el logo del local y también en las tarjetas de visita, pero esa es la única relación real.
Nada más entrar llama la atención la magnífica altura, toda cubierta por unos enormes ventanales con vistas al famoso río que cruza serpenteante la ciudad. Parecía un lugar animado, con mucha gente cenando o tomando cócteles. Sin duda un local de moda, a tenor de cómo vestían y actuaban los allí presentes.
Tuve la suerte de sentarme en una mesa junto a la ventana, desde la que se podía observar a la gente paseando por la calle y el precioso puente de Norman Foster que cruza el río en dirección hacía la Tate Modern, que está al lado de este restaurante, muy cerca del Westminster Palace y junto a la estación de Waterloo.
A pesar de haber estado picando todo el día, llegamos con hambre, por lo que pronto dimos cuenta del pan y la mantequilla que había en la mesa, saltándonos un poco por alto el protocolo. Y hablando de protocolo, el pan que a cada comensal le corresponde es el de su izquierda, por si alguna vez os entra la duda.
Tras un rato de espera, bien regada por vino, llegó a la mesa el primer plato, que titularé a mi manera: frugalidad de espárragos con susto de salsa de trufa blanca y virutas de parmesano. Con el hambre que traíamos, os podéis imaginar la cara de pánico que se nos puso a los comensales ante la posibilidad de que el segundo plato fuera igualmente escueto.
Devoramos rápidamente los espárragos verdes cocidos, intentando rebuscar el sabor a trufa entre las muelas y esperamos al segundo plato, una pieza de ternera con puré de patatas trufado y espinacas que se hizo de rogar, aunque mereció la pena la espera.
Para nuestra alegría y sorpresa, la ración de este plato era inversamente proporcional a la del anterior. Ante nosotros encontramos un buen trozo de carne de ternera, marcado por fuera y muy jugoso por dentro, ligeramente rosado, ni muy hecho ni demasiado poco. Se deshacía en la boca entre mil notas de sabor.
Sin embargo, el puré de patatas a la trufa, que se notaba levemente, no estaba a la altura; muy poco cremoso, por no decir que estaba grumoso. Las espinacas no se merecen más que un poco de indiferencia.
De postre había una especie de flan de crema de caramelo que recuerdo excesivamente dulzón, aunque era poco memorable. Sí que nos sorprendieron los bombones que acompañaban a los cafés; a simple vista parecían trufas de chocolate, pero estaban rellenos de un delicioso toffee que inundaba la boca al morderlos.
Con estos dulces cerramos la visita al restaurante Skylon en Londres, gozando del atardecer en el Támesis que acompañaba a nuestra conversación. La luz se iba apagando poco a poco, sustituida por la ténue iluminación del local, hasta que la noche se cernió sobre la ciudad, para que en nuestro paseo de vuelta al hotel pudiéramos disfrutarla.
Restaurante Skylon
Royal Festival Hall
Belvedere Road London,
Greater London SE1 8XX,
Reino Unido
Tel. +44 20 7654 7800
Precio orientativo: entre 30 y 50 Libras por persona.
Más información | Restaurante Skylon
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