Ristorante Piazze d´Italia, tradición italiana con un toque de distinción

Cuando se tienen hijos es casi una obligación convertirse en un especialista en comida italiana, pues ¿qué niño no adora la pasta y las pizzas? Pero, como casi todo en esta vida, hay siempre categorías y no todas las pizzas relucen como oro. Por eso quiero presentaros el Ristorante Piazze d´Italia, que aúna tradición italiana con un toque de distinción.

Nos gusta tanto este establecimiento que cada vez que vamos a Barcelona es para nosotros una parada obligatoria. Nicola Marino, su chef y propietario, es el perfecto anfitrión italiano: extrovertido, familiar, cercano, que no dudará en explicaros minuciosamente los detalles de cualquiera de sus platos si se lo pedís.

Cruzar el umbral del Piazze d´Italia es transportarse automáticamente a cualquier rincón de Roma, que es una de mis ciudades europeas preferidas. Manteles a cuadros rojos, sillas con toque retro y un magnífico horno en su entrada del que emanan deliciosos aromas.

Basta con detenerse a leer los autógrafos de famosos y gente conocida que adornan las paredes para tener una idea de lo especial y conocido que es este restaurante. Y es que su fama es un indicio de la calidad de los productos que se usan en la cocina: auténticos ingredientes italianos especialmente elegidos por su propietario.

Si hay algo que me gusta especialmente de la gastronomía italiana son los antipasti. Aunque me gusta mucho comer no suelo ser partidaria de platos pesados y contundentes y a veces suelo pedir dos entrantes en lugar de un entrante y un primero. Esta es una de las razones por las que me encanta este restaurante pues sus antipasti son espectaculares. La burrata, por ejemplo, es de las mejores que he probado.

Como fuimos al Piazze d´Italia con unos amigos, decidimos pedir varios platos y repartirlos entre todos, un método que seguimos muchas veces para probar el máximo de recetas. Como entrantes elegimos una ensalada César, una ensalada Caprese (por favor, no dejéis de probarla si visitáis este establecimiento, la burrata es espectacular), una ensalada Savoya con queso de cabra y una mortadella tartufata.

Los platos de pasta elegidos como primeros fueron: raviolis rellenos de burrata con salsa de tomatitos, albahaca y rúcula, raviolis rellenos de vieiras y gambas con salsa de tomates y alcaparras, espaguetis al pesto y granraviolo relleno de setas, gamba, queso y trufa con salsa de setas ¿No se os hace la boca agua?

Soy bastante maniática con las salsas, especialmente con la de tomate, y al respecto sólo puedo decir que me encantaría tener la receta de la que sirven en este restaurante porque es exquisita. Un plato de pasta hervida en el punto correcto (que no es fácil) y acompañada de un modo tan delicioso es un plato perfecto para satisfacer los paladares más exigentes.

Nuestro excelente menú continuó con los siguientes segundos: una pizza di casa nostra, crujiente base de masa con tomate, mozarella, atún, cebolla y aceitunas, un carpaccio de ternera ahumada aliñado con aceite de oliva, limón y queso castelmagno y, por último, un vitello tonnato. Tengo que ver si encuentro el queso castelmagno porque me conquistó absolutamente, casaba a la perfección con la carne de ternera.

Como podéis comprobar, a medida que avanzaba la comida los platos elegidos iban en disminución, pero se nos hacía casi imposible no probar todo lo que el chef nos había recomendado contestando a nuestras consultas al elegir el menú. Lo cierto es que cuando los ingredientes son buenos el resultado tiene que serlo también, como es el caso.

Y para terminar tan opípara comida, no podía faltar, como postre, uno de los reclamos más deliciosos de este restaurante: la pizza de nutella. Me relamo sólo de pensar en ella, un relleno de irresistible crema de chocolate envuelto por una masa fínisima y crujiente. El mejor de los dulces que nos sirvieron troceado para que nadie se quedara sin saborearlo.

Tanto si vivís en Barcelona como si estáis en ella de visita no podéis dejar de acudir al Ristorante Piazza d´Italie, que aúna tradición italiana con un toque de distinción. Os aseguro que os encantará, tanto por su carta como por el trato de Nicola, su propietario, y el resto de su personal. Y, hacedme caso, no dejéis de probar la pizza de nutella. Ya me contaréis.