El Ingrediente es uno de esos restaurantes que acaban funcionando de lo lindo gracias al boca-oreja. Aunque su ubicación es fantástica –muy cerca del Museo Geominero, en el madrileño barrio de Chamberí–, está al otro lado de Ponzano, la calle que tan de moda se ha puesto en los últimos años, y no parece que a sus responsables les interese entrar mucho en esa liga de postureo de Instagram. Lo que es genial, porque se centran en cocinar.
Cuentan que su pequeña (y austera) sala –cinco o seis mesas, y espacio en barra–, se está empezando a llenar por las noches, aunque nosotros, en pleno julio y al medio día, disfrutamos del local en exclusiva. En su breve carta, platos originales, con mucha fusión, pero sin tonterías, muy pensados para compartir con amigos.
Nos encantó el steak tartar de pato estilo Robin Food, con alcaparra frita y mayo “japo”, un homenaje al gran David de Jorge; el arroz meloso, también de pato, naranja y crudités de verduras –en su punto y súper sabroso–; y las carrilleras de curry rojo, fuera de carta, que fueron de lo mejor de la comida, muy bien cocinadas y lo suficientemente picantes. No tan sorprendentes, pero ricos, el mi-cuit de foei sobre un chutney de manzana ácida y las mollejas, también con foei.
El camarero nos recomienda probar también uno de sus sándwiches, que están empezando a ganar fama. Buen aviso. El sándwich cubano, con panceta, salsa siracha y cebollino estaba que te mueres.
Postres locos, buen vino
Los postres quizás no son para echar cohetes, pero desde luego eran originales. Se oye comentar (a las gentes del lugar) que su tiramisú es fantástico, pero no les quedaba. Probamos a cambio dos panna cottas, de chocolate negro y blanco, bien aliñadas con licor, y una crema de queso azul con frambuesas bastante peculiar.
En general, El Ingrediente es uno de esos sitios en los que no te quedas con la sensación de que ya lo has probado todo –algo muy habitual últimamente– y que, además, tiene un precio muy razonable.
Su carta de vinos no es gigantesca, pero está muy bien escogida y da pie a probar cosas nuevas. Nos gustó la recomendación, un vino de la DOQ del Priorat, Sala Dei, 100% garnacha, que fue fantástico con la comida.
Nos quedamos con ganas de repetir y probar el resto de la carta
Lo peor: las mollejas.
Lo mejor: el curry, el tartar, el arroz meloso de pato. Excelente relación calidad-precio.
Datos prácticos
Dónde: Calle de Alenza, 5 (Madrid)
Precio medio: En torno a 40 euros, con vino.
Reservas: 911375972 y en su página web.
Cierra domingos y lunes
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